viernes, 4 de noviembre de 2016

Lutero, una reforma revolucionaria

- Los protestantes celebran a partir de este lunes 31.10, los 500 años de la reforma.

- Las tesis del teólogo alemán forjaron la modernidad en Europa y Estados Unidos

Las iglesias protestantes arrancan este lunes la conmemoración del 500 aniversario de la Reforma promovida por Lutero. El 31 de octubre de 1517, el que entonces era un monje católico agustino, colgó en la iglesia del Palacio de Wittenberg las llamadas 95 Tesis. Los argumentos de un teólogo para criticar las indulgencias se convirtieron en un programa de reforma de la Iglesia católica que acabó con un cisma. Aquel acto de Lutero marcó la posterior historia europea, tanto en el plano religioso como en el político, el económico y el cultural. La historia de las 95 tesis sintetiza los cambios que significaron el paso del mundo medieval a la Modernidad.

UN RÉGIMEN CORRUPTO

Resultado de imagen de lutero y calvinoEl origen de la protesta de Lutero tuvo mucho que ver con el grado de corrupción que reinaba en el siglo XVI, en un régimen basado en la unidad entre el papado y el imperio. Lutero concentró sus críticas en las llamadas indulgencias. En la doctrina católica, el Papa se había arrogado el privilegio de eximir a los creyentes del cumplimiento de los castigos derivados de la absolución en la confesión. Este mecanismo que Lutero consideró alejado de las enseñanzas de la Biblia, se convirtió en una máquina de recaudar dinero desde el mismo Vaticano y desde las monarquías que se mantenían fieles y sumisas a Roma.
Lutero denunció ese abuso y la mentira que se escondía tras él: no había ningún criterio teológico que sustentara la emisión indiscriminada de indulgencias, la cual solo respondía a un afán recaudatorio que se aprovechaba de la buena fe de los fieles católicos y que además, se había convertido más en un estímulo al pecado que en un mecanismo de control social. En última instancia, al Papa con las indulgencias le beneficiaba más el pecador que el santo. Las indulgencias eran, pues, la ejemplificación a los ojos de la gente sencilla, de la decadencia del poder medieval gestionado por lo que hoy llamaríamos una casta corrupta.
Este hartazgo de muchos europeos con los abusos de la alianza entre el cetro y la mitra, entre el Papa y el emperador, alentaron la rápida difusión de las 95 tesis. Fueron traducidas rápidamente al alemán y se llevaron a la imprenta. Por primera vez en la historia, una revolución avanzó gracias a la imprenta inventada por Gütemberg unas décadas antes. En pocos meses, un tiempo que hoy parecería una eternidad pero que entonces era un prodigio, las tesis de Lutero circularon por todo el continente aunque corrieron una suerte desigual. Calaron hondo en lo que es la actual Alemania y en su zona de influencia a través del Danubio hacia el Este, en una parte de los Países BajosSuizaEscandinavia y el norte de Francia.
La reforma de Lutero, a la que más tarde se sumaron la ideas de Calvino, acabó con el monopolio político de la Iglesia católica y desmembró el imperio, dando paso de forma traumática a la proliferación de iglesias nacionales y de estados nacionales. Y ello en un proceso no exento de guerras y enfrentamientos, el más importante de los cuales fue sin duda la Guerra de los Treinta Años. Europa perdió, entonces, una unidad que no recuperó hasta la creación de la Unión Europea más de cuatro siglos después.

PRELUDIO DE LA MODERNIDAD

La reforma de Lutero constituyó un cisma religioso, lo expulsaron de la Iglesia católica, lo persiguieron e intentaron impedir el despliegue de su doctrina y la organización de sus seguidores. El resultado en el campo católico fue la contrarreforma con el concilio de Trento, que en lugar de dar paso a la regeneración que exigían las denuncias de Lutero, supuso una cerrazón que dejó a Roma fuera de la historia hasta el concilio Vaticano II, celebrado ya entrado el siglo XX.
Porque la reforma protestante fue un preludio imprescindible de la Modernidad fraguada en torno a la Ilustración, la revolución industrial y la Revolución Francesa. Ninguna de ellas se explica sin el impacto y la difusión de las tesis de Lutero, hoy hace 500 años. El primero en darse cuenta de esa decisiva importancia y de ese nexo fue Max Weber, uno de los fundadores de la sociología moderna. En su obra "La ética protestante y el espíritu del capitalismo", describe como Lutero y Calvino desencadenaron un cambio de mentalidad en Europa y en Estados Unidos que está en la base de la Modernidad. Sin Lutero y su apuesta porque los creyentes leyeran directamente la Biblia sin intermediarios, la Ilustración no hubiera triunfado. Sin su zarpazo a la autoridad infalible del Papa y del emperador, no hubiera surgido la democracia representativa de esta idea. La idea defendida por Lutero está en la base de la división social del trabajo, y la idea de Calvino sobre la predestinación está en la base del ideal de progreso; y el fin de la sumisión al catolicismo está en el origen del desarrollo económico. Por eso, concluye Weber, el capitalismo se implantó primero donde triunfó la reforma protestante. Y aún hoy, ciertas dinámicas entre el norte y el sur de Europa en temas del euro se mueven con esa misma dinámica.
Desgraciadamente, España quedó al margen del impulso modernizador de la reforma protestante. Los seguidores de Lutero vivieron todo tipo de persecuciones hasta bien entrado el siglo XX. La figura de Lutero sigue siendo desconocida para capas muy amplias de la sociedad, y la libertad religiosa no ha ido acompañada de un reconocimiento al compromiso que históricamente han tenido los protestantes en España con la democracia, el progreso y la modernización.

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