(Jesús dijo a su Padre:) He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Juan 17:6
Viviendo (Cristo) siempre para interceder por ellos. Hebreos 13:5; 7:25
«Llamé por teléfono al médico que me había atendido durante muchos años, pero la secretaria me informó que acababa de jubilarse y que otro médico, desconocido para mí, lo reemplazaría. Colgué el teléfono consternada, me sentía como abandonada…
Desde hace algún tiempo recibo cuidados médicos a domicilio; pero el personal cambia frecuentemente. Cuando uno es mayor, es difícil readaptarse, volver a explicar…
–Desde hacía cincuenta años tenía los mismos vecinos, y nos ayudábamos mucho unos a otros. Si tenía un problema podía llamar a su puerta, incluso durante la noche. Pero acaban de mudarse…
En realidad, en nuestro mundo nada es duradero. Las circunstancias que nos servían de apoyo cambian súbitamente. Nuestros padres o amigos parten…
Pero soy cristiana, y hay una cosa que me consuela: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). Nunca me dejará… Dios, su Padre, me confió a sus cuidados para la vida presente y para la eternidad. Dio su vida por mí en la cruz y me salvó del juicio que merecían mis pecados. Ahora, fiel a su Padre, se ocupa de mí cada día con sabiduría y amor. Me considera como un don de su Padre y por eso me ama. Sabe todo sobre mí, mucho mejor que yo misma. Y como vive eternamente, cuidará de mí hasta el final. Cuando se acabe mi vida terrenal, me llevará junto a Él para siempre. ¡Qué estabilidad y qué seguridad!
Viviendo (Cristo) siempre para interceder por ellos. Hebreos 13:5; 7:25
«Llamé por teléfono al médico que me había atendido durante muchos años, pero la secretaria me informó que acababa de jubilarse y que otro médico, desconocido para mí, lo reemplazaría. Colgué el teléfono consternada, me sentía como abandonada…
Desde hace algún tiempo recibo cuidados médicos a domicilio; pero el personal cambia frecuentemente. Cuando uno es mayor, es difícil readaptarse, volver a explicar…
–Desde hacía cincuenta años tenía los mismos vecinos, y nos ayudábamos mucho unos a otros. Si tenía un problema podía llamar a su puerta, incluso durante la noche. Pero acaban de mudarse…
En realidad, en nuestro mundo nada es duradero. Las circunstancias que nos servían de apoyo cambian súbitamente. Nuestros padres o amigos parten…
Pero soy cristiana, y hay una cosa que me consuela: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). Nunca me dejará… Dios, su Padre, me confió a sus cuidados para la vida presente y para la eternidad. Dio su vida por mí en la cruz y me salvó del juicio que merecían mis pecados. Ahora, fiel a su Padre, se ocupa de mí cada día con sabiduría y amor. Me considera como un don de su Padre y por eso me ama. Sabe todo sobre mí, mucho mejor que yo misma. Y como vive eternamente, cuidará de mí hasta el final. Cuando se acabe mi vida terrenal, me llevará junto a Él para siempre. ¡Qué estabilidad y qué seguridad!
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