Un tesoro en el jardín

Es normal que las personas quieran cambiar su situación personal, de manera especial, cuando les es difícil subsistir diariamente, o cuando la mejoría en la salud depende del dinero que se tenga. Aunque hay otros que son frecuentes soñadores, y traen a la imaginación un golpe de suerte. Sea cual sea la situación de cada uno, a veces pasan cosas que le dan otro giro a la vida, como sucedió en la historia siguiente:

Un matrimonio cualquiera, no importa la ubicación del mismo, nunca imaginó que la preocupación por mantener en buen estado el jardín de la casa le traería un tremendo beneficio. Estaban en ese trabajo, cuando se toparon con una lata semienterrada y la llevaron al interior de la casa, para descubrir que interiormente tenía varias monedas de oro. Volvieron al lugar para comprobar si había más y hallaron otras siete latas con el mismo valioso contenido. En total había 1.427 monedas del precioso metal. Se trataba de monedas del siglo diecinueve, que en subasta, podrían alcanzar unos diez millones de euros, transformándose en el mayor hallazgo en la historia de ese país.

Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros. 2a de Corintios 4: 5,7.

El Evangelio es un tesoro. Hace ricos a aquellos que lo confiesan, dándoles una seguridad que perdurará para siempre; eternamente fluirá esa riqueza sobre el hijo y la hija de Dios Creador. El tesoro encontrado en el jardín de aquella casa cambió la vida de ese matrimonio. Y de la misma manera cambiará la vida de aquellos que encuentren a Jesús. Él es “las nuevas de gran gozo”, Él es el verdadero Tesoro, y no tienes más que abrir tu corazón a Jesús y permitirle entrar a tu vida. No hay otra manera para disfrutar de tamaña riqueza; las “monedas de oro” que es la Palabra de Dios, te aguardan para hacerte el hombre o la mujer más rico de la Tierra.