lunes, 31 de octubre de 2016

Etapa a etapa

Por órdenes del Señor, Moisés iba anotando cada etapa y cada lugar al que llegaban… (Números 33;2 RVC).
Números 33 quizá sea uno de los capítulos de la Biblia que leemos sin reflexionar en lo que dice. Parece solo una larga lista de lugares por donde peregrinaron los israelitas desde Ramesés, en Egipto, hasta los campos de Moab. Sin embargo, seguramente es importante porque es la única porción de Números con estas palabras: «Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato del Señor» (verso 2).
¿Por qué guardar un registro de estas cosas? ¿Sería para que los israelitas, que dejaban el desierto, pensaran en los 40 años de peregrinación y recordaran la fidelidad de Dios en cada etapa?
Imaginemos a un padre israelita sentado junto a una fogata recordando con su hijo: «¡Nunca me voy a olvidar de Refidim! Estaba muerto de sed, y solo había arena por todos lados. Entonces, Dios le dijo a Moisés que golpeara una roca con su vara. Pensé que sería inútil, pero, ante mi sorpresa, ¡brotó agua de la piedra! Y miles bebimos y no tuvimos más sed» (ver Salmo 114:8; Números 20:8-13; 33:14).
Entonces, ¿por qué no intentarlo? Reflexiona en tu vida, etapa a etapa, y recuerda todas las formas en que Dios te ha demostrado su fidelidad y amor.
Señor, gracias por todas tus bendiciones. Que pueda recordarlas una por una y reflexionar en tu bondad permanente en cada etapa de mi vida.

La fidelidad de Dios se extiende a todas las generaciones.

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