sábado, 8 de octubre de 2016

La única verdad

Esto es bueno y agradable delante de Dios, nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad, pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre. 1 Timoteo 2:3-5
(Jesús dijo a su Padre:) Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Juan 17:17

Inline image 2"Tengo mi propia verdad, mi opinión… válida como la de cualquier otro". Si fuese suficiente ser sincero y estar convencido para estar en la verdad, podríamos decir perfectamente: "A cada uno su verdad. ¿Por qué unos tendrían razón y otros estarían equivocados?". Pero si recibimos lo que nos es revelado por Dios, sometemos toda opinión a su Palabra.

¿A cada uno su verdad? No, nuestra vida tiene un sentido, y hay una verdad a la que debemos asirnos, una verdad que nos supera, que viene de Dios. ¿No la ha percibido aún? Quizás la agitación reinante o nuestros propios razonamientos impiden tomar conciencia de ella.

Lo que necesita el hombre del siglo 21 es detenerse para escuchar la voz de Dios. ¿Qué puede asegurar al hombre el verdadero conocimiento y la libertad de la mente? No lo asegura ni la liberación de las pasiones, ni siquiera el intento de evasión espiritual que ofrecen las filosofías basadas en la meditación. Tampoco el hombre necesita una nueva experiencia que le dé una dimensión superior, pues ya la posee: fue creado para vivir en relación con Dios mismo. Al mirar a Dios recibe la verdadera luz que alumbra a todo hombre.

Esta luz, por un lado nos condena, porque nos hace ver nuestra condición de pecadores, pero por otro lado hace brillar sobre nosotros la gracia y la misericordia divinas. Jesús, el Hijo de Dios, vino a la tierra para dárnosla a conocer. Él mismo dijo a su Padre: “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Ella no ha cambiado. Permanece para siempre” (1 Pedro 1:23).


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