jueves, 13 de octubre de 2016

La fe es para todos

Dios nuestro Salvador… quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Timoteo 2:3-6
Al que a mí viene, no le echo fuera. Juan 6:37

Un creyente animaba a su interlocutor a buscar en Dios la ayuda y el consuelo en una situación difícil de su vida. Este último respondió: «Sí, ¡pero usted tiene la fe!».
Extraña actitud de una persona que considera la fe como parte de algunos privilegiados e inaccesible a los demás. ¿Está, pues, la fe reservada solo para algunos? ¿Es posible que una fracción de la humanidad esté predestinada a ser salva y la otra a estar perdida?
No, la fe no es una gracia que tienen algunas personas con suerte, independientemente de su voluntad. Dios no destina a nadie a permanecer incrédulo. Todo lo contrario, Dios ofrece su gran salvación a todos los hombres, sin excepción. ¡Nadie podrá acusar a Dios de haberse negado a salvarlo! Por el contrario, a todos los que comparezcan ante su trono de juicio, Dios les mostrará que ellos rechazaron su gracia, la cual les fue propuesta muchas veces (lea Apocalipsis 20:12-15). Jesús mismo dijo:No queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
El mayor pecado que un hombre puede cometer es rechazar la salvación que Dios le ofrece. Cada uno debe dar un paso para ir al encuentro de Cristo. Él se mostrará a usted si lo busca con todo su corazón, según su Palabra:Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9).



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