Había una reunión de todos los números del 1 al 9 en la que todos estaban gozando de sus privilegios, que les daba el hecho de ser números que tenían más valor que cada uno de sus próximos, de acuerdo a su escala. Mientras ellos se gozaban de lo que podían hacer al estar unidos, el número uno les preguntó ¿qué vamos a hacer con el número cero?, y el número nueve contestó: "no, a cero no lo tomemos en cuenta, ¿para qué nos va a servir? Si en el sumatorio de todo número con él, siempre somos nosotros los que prevalecemos, no estoy de acuerdo en que lo tomemos en cuenta.
En ese preciso momento iba entrando el número cero con lágrimas en los ojos, y vio a todos del grupo de números, que le habían hecho creer que le apreciaban, y les dijo: queridos compañeros, sé que para ustedes no parezco tener ningún valor, sin embargo yo hago que las cifras más altas sean reales al estar unido a ustedes. No sería posible yo solo; sin ustedes es cuando realmente no tengo valor, pero ustedes conmigo o yo con ustedes sí tenemos valor como conjunto. Los logros y las cifras más grandes las logramos al estar todos juntos.
Si nos crearon a todos es porque todos tenemos valor, incluso han querido hacerles creer que al estar yo a la izquierda no valgo nada. Sin embargo, no dejan de ponerme a la izquierda cuando es una cifra para los más desposeídos de todo, pero me ponen a la derecha cuando es para aumentar las fortunas.
Algunos dicen que solo les gustan los números cerrados, y evitan verlos solos a ustedes; desean solo ver una fila interminable de ceros porque eso los hace felices, no sabiendo que cuantos más ceros a la derecha tengan demuestran el verdadero valor de los que aparentemente valemos menos. A ustedes más bien, los usan para fines de marketing, pero realmente quieren llegar a terminar en ceros como yo.
En ese momento sus demás compañeros del 1 al 9 estaban llorando por haberse creído más que el cero, pues comprendieron la verdad que salía del de más bajo valor aparente .
Todos le pidieron perdón al cero y lo volvieron a incluir en sus valiosas actividades.
Esta analogía de los números pasa en todos lados, hasta en las iglesias, donde menos se imaginaría que ocurriría, donde una persona minimiza a otra y quiere ser exaltado sobre cualquier cosa.
Pero Dios quiere que todos tengamos presencia en las cosas que nos manda realizar, aunque sea muy bajo el valor que otros piensen que tenemos. Porque al estar juntos es cuando podemos ser el valor perfecto ante Dios padre, para que todos demos lo mejor de sí, así como los números, que tanto quieren las personas a excepción de cuando cursan la clase de matemáticas.
“…no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca…” Hebreos 10:25
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