Le respondió Jesús:
- De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3
Todo hombre que tiene un encuentro personal con el señor Jesús y se arrepiente de corazón, que se arrepiente de su pecado y se vuelve a Dios, debe nacer de nuevo.
Nacer de nuevo es la confirmación de la conversión, o regeneración.
Sepamos qué es la regeneración; es el cambio radical que el Espíritu santo realiza en el hombre, cuando éste, habiendo oído y creído la palabra de Dios, recibe a Jesucristo como salvador.
La persona pasa del dominio del pecado a ser dominado por el Espíritu, e inicia el crecimiento y progreso espiritual cuya meta es la perfección, para llegar a ser semejante a Cristo.
El nuevo nacimiento es indispensable no solo para ver o comprender el reino, sino para entrar y permanecer en él (Juan 3:5).
- La necesidad de nacer de nuevo (Regeneración)
- Si hay que nacer de nuevo, es porque algo murió antes.
Génesis 2:7 nos habla de la muerte que experimentaron Adán y Eva (Muerte = separación). Ellos murieron espiritualmente y fueron separados de la presencia de Dios.
Nosotros también, en algún momento de la vida, comenzamos a pecar y morimos sin excepción (espiritualmente) Romanos 3:23 & Efesios 2:1; la muerte del espíritu del hombre trajo como consecuencia la degeneración del alma y ésta a la vez la del cuerpo.
La biblia nos enseña que todos somos pecadores y fuimos destituidos de la presencia de Dios.
La biblia nos enseña que todos somos pecadores y fuimos destituidos de la presencia de Dios, sin embargo, tanto fue su amor hacia su creación (el hombre), que envió a su único hijo para que todo aquel que Él creyera no muriera y tuviera vida eterna (Juan 3:16).
¿Pero cuántos de nosotros hemos sufrido por esa acción que Cristo hizo por la humanidad? Porque no todos tenemos la capacidad de entender ese amor paternal y maravilloso que Él tiene para todos nosotros; si bien es cierto que todos somos su creación, no todos somos hijos suyos.
Veamos algunos frutos del nuevo nacimiento (el que nace de nuevo):
-Somos llamados hijos de Dios, 1 Juan 4:1-6 “…Hijos míos, ustedes son de Dios, y ya han vencido a esos falsos profetas, pues él permanece unido a ustedes y es más poderoso que su Enemigo. Ellos son unos pecadores, y los demás pecadores de este mundo les hacen caso, porque hablan de las mismas cosas. Pero nosotros pertenecemos a Dios, y podemos saber quién tiene el Espíritu que dice la verdad y quién tiene el espíritu del engaño. El que es de Dios nos hace caso, pero el que no es de Dios nos ignora…” (TLA).
-Tenemos comunión con otros, 1 Juan 1:7 “…pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado…”
-Ama a su hermano, 1 Juan 3:14 “…Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte…”
-No practica el pecado, 1 Juan 3:9 “…Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad…”
-Utiliza su fe para vencer, 1 Juan 5:4-5 “…Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?..”
-Tiene vida, 1 Juan 5.12-13 “…El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios…”
-Anhela la leche no adulterada, 1 Pedro 2:2 “…desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación…”
En esta enseñanza lo primero es lo primero, es decir, debemos poner a Dios por delante de nuestras vidas; Él tiene que ser el primero en tu trabajo, en tu hogar, en tu familia, en tus decisiones y en todo lo que hagas; Dios debe ser el primero.
Una vez que nosotros lo ponemos a Él en primer lugar en todo, es cuando empezamos a ver sus bendiciones en nuestras vidas, los cielos son abiertos hacia nuestras oraciones, somos llenos del Espíritu santo y es cuando vemos el cambio del nuevo nacimiento; el nuevo hombre que mora en nosotros.
¿Le gustaría experimentar esta trasformación?
Ven a Cristo hoy y deja que Él transforme tu vida; no tardes.
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