1ª CORINTIOS 3:16-17 ”¿No sabéis que sois templo de DIOS, y que el Espíritu de DIOS mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de DIOS, DIOS le destruirá a él; porque el templo de DIOS, el cual sois vosotros, santo es.”
La figura es la de un templo o una iglesia para dar un consejo sobre el cuidado del mismo. Aquí concretamente, se está refiriendo no al cuidado de un edificio sino del cuerpo.
Nuestro cuerpo, por así decirlo, es el recipiente del Espíritu Santo, el lugar donde DIOS habita para hacer de nosotros personas más bellas.
Los cristianos generalmente hablamos de cuidar el alma y el espíritu, pero no hablamos mucho sobre el cuidado del cuerpo. Por cierto, está la exageración de aquellos que le dan culto al cuerpo y viven atados a un espíritu hedonista que les hace adorarse a sí mismos.
El Señor nos ha dado un cuerpo para que lo cuidemos lo mejor posible. La falta de una buena dieta, ejercicio y sanos hábitos, nos hacen vivir por debajo de lo que DIOS ha diseñado para nuestras vidas. Sin salud física no podemos ir a trabajar, caminar, servir a DIOS, etc.
Lo espiritual siempre debe afectar para bien al resto de nuestra vida, aunque bien sea que estemos en los años jóvenes o en la madurez de la vida, nuestra meta debe ser cuidar el cuerpo que el Señor nos ha dado.
Es tiempo de dejar la pereza y empezar a trazar una estrategia para alcanzar la plenitud física.
El sedentarismo está matando a mucha gente más que el estrés. No descuidemos el cuidado de nuestra salud y nuestro cuerpo no lo dejemos abandonado, pues hacer esto originará toda clase de enfermedades.
Vivamos a la altura de lo que DIOS ha preparado para nosotros: ¡Buena salud física!
Gracias Señor, por la salud y el cuerpo que me has dado, y por recordarme hoy la necesidad de no contaminar mi cuerpo con cosas que no corresponden. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.
La figura es la de un templo o una iglesia para dar un consejo sobre el cuidado del mismo. Aquí concretamente, se está refiriendo no al cuidado de un edificio sino del cuerpo.
Nuestro cuerpo, por así decirlo, es el recipiente del Espíritu Santo, el lugar donde DIOS habita para hacer de nosotros personas más bellas.
Los cristianos generalmente hablamos de cuidar el alma y el espíritu, pero no hablamos mucho sobre el cuidado del cuerpo. Por cierto, está la exageración de aquellos que le dan culto al cuerpo y viven atados a un espíritu hedonista que les hace adorarse a sí mismos.
El Señor nos ha dado un cuerpo para que lo cuidemos lo mejor posible. La falta de una buena dieta, ejercicio y sanos hábitos, nos hacen vivir por debajo de lo que DIOS ha diseñado para nuestras vidas. Sin salud física no podemos ir a trabajar, caminar, servir a DIOS, etc.
Lo espiritual siempre debe afectar para bien al resto de nuestra vida, aunque bien sea que estemos en los años jóvenes o en la madurez de la vida, nuestra meta debe ser cuidar el cuerpo que el Señor nos ha dado.
Es tiempo de dejar la pereza y empezar a trazar una estrategia para alcanzar la plenitud física.
El sedentarismo está matando a mucha gente más que el estrés. No descuidemos el cuidado de nuestra salud y nuestro cuerpo no lo dejemos abandonado, pues hacer esto originará toda clase de enfermedades.
Vivamos a la altura de lo que DIOS ha preparado para nosotros: ¡Buena salud física!
Gracias Señor, por la salud y el cuerpo que me has dado, y por recordarme hoy la necesidad de no contaminar mi cuerpo con cosas que no corresponden. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.
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