Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo:
- El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. (Juan
8:7)
Cuando un grupo de líderes religiosos llevó a una
mujer adúltera a Jesús, no sabían que estaban colocándola a tiro de piedra de
la gracia. Esperaban desacreditar al Señor, de forma que si Él les decía que la dejaran ir,
podrían aducir que estaba quebrantando la ley mosaica; pero si la condenaba a
morir, las multitudes que lo seguían no habrían considerado sus palabras como gracia y
misericordia.
Sin embargo, Jesús les devolvió la pelota a los
acusadores. La Biblia dice que en vez de responderles directamente, comenzó a
escribir en el suelo. Cuando los líderes siguieron preguntándole, invitó a
cualquiera de ellos que nunca hubiera pecado a lanzar la primera piedra.
Después, siguió escribiendo en el suelo. Cuando volvió a levantar la vista, se
habían ido todos.
La única persona que podría haber arrojado una
piedra, el único sin pecado, Él, miró a la mujer con misericordia y le dijo: "Ni yo
te condeno; vete, y no peques más". Juan 8;11
Bien sea que hoy necesites el perdón de Dios por el juicio de otros, o que desees tener la seguridad de que ningún pecado es inalcanzable a su gracia, que esto te aliente: Nadie te lanzará piedras hoy; ve y deja
que la misericordia de Dios te cambie.
Padre,
límpiame de mi naturaleza condenatoria y líbrame de las ataduras del pecado.
Ayúdame a vivir una vida transformada por tu misericordia.
Adoramos a un
Salvador que ansía perdonarnos.
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