jueves, 15 de septiembre de 2016

Porque le pertenezco a Dios

Resultado de imagen de Porque le pertenezco a Dios¿Alguna vez has trazado una línea alrededor de tu vida y has dicho, "Ya no avanzaré más. Le pertenezco a Dios y voy a vivir a la manera de Él?" Eso es lo que significa ser santo. 2 Corintios 6:16-17 describe la santidad como estar «separado.» El apóstol Pablo escribió,
«Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: habitaré en ellos, y andaré entre ellos; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por tanto, salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor.»
«Sal . . . y mantente separado.» La frase significa «delimitar una frontera.» La separación es santidad en acción. «No iré allí; no lo considero. No toleraré eso en mi vida porque le pertenezco a Dios. He hecho mi elección y por la gracia de Dios no voy a retroceder.»
Vivir una vida santa comienza formando convicciones y viviendo dentro de las líneas que has trazado alrededor de ellas.
Si no has establecido tus propios límites basándote en la Palabra de Dios, seguro que vas a tener lucha. Podría irte bien por una temporada, pero si no prestas atención al llamado de Dios a actuar de manera diferente, finalmente revolotearás en ese antiguo patrón de fracaso.
Algunos podrían decir, «bueno, simplemente dejo que mi conciencia sea mi guía.» Pero tu conciencia solo puede hacer sonar la alarma en cuanto a una convicción que has establecido. A menos que vayas con regularidad a la Palabra de Dios, formando convicciones y estableciendo límites en cuanto a lo que crees que está bien y lo que está mal, tu conciencia no podrá hablar. Sólo es útil como un sistema recordatorio de lo que ya has establecido en base a la Palabra de Dios.

¿Estás listo para ganar la victoria en algún área en particular de pecado persistente? Escucha el tierno llamado de Dios a salir de él: «Termina con eso. No pertenece a la vida de mi hijo.» Y escucha el mandamiento de Dios: «sed santos, porque Yo soy santo» (1 Pedro 1:16). Hay gozo, bendición y vida en toda su plenitud cuando respondes al santo llamado de Dios en tu vida.

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