martes, 13 de septiembre de 2016

Nuestro nombre nuevo

… le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo. Apocalipsis 2.17
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Ella decía que era la reina de las preocupaciones, pero, cuando su hijo tuvo un accidente aprendió a escapar de ese rótulo limitador. Mientras el muchacho se recuperaba, ella se reunía todas las semanas para hablar y orar con unas amigas. Pasaron los meses y, a medida que esta mujer transformaba sus temores e inquietudes en oración, se dio cuenta de que estaba dejando de ser la reina de las preocupaciones para transformarse en una guerrera de oración. Percibió que Dios estaba dándole un nuevo nombre, y que su identidad en Cristo era cada vez más profunda gracias a la lucha ante cualquier dolor imprevisto.
En la carta a la iglesia en Pérgamo, el Señor promete darles a los fieles una piedra blanca con un nombre nuevo (Apocalipsis 2:17). La mayoría de los comentaristas bíblicos concuerdan en que esta piedrecita blanca señala nuestra libertad en Cristo. En la época bíblica, los jurados de un tribunal usaban una piedrecita blanca para el veredicto de inocente y una negra para el de culpable. Además, una persona que tuviese una piedrecita blanca entraba en eventos tales como banquetes. Asimismo, los que reciben la piedrecita blanca de Dios son recibidos en la celebración celestial. La muerte de Jesús nos da libertad, una vida nueva… y un nombre nuevo.
¿Qué nombre nuevo crees que Dios te pondría?
Señor, muéstrame cómo me has transformado en una nueva criatura.
Los seguidores de Cristo tienen una nueva identidad.

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