Tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo. Santiago 5:11
Les irá bien a los que a Dios temen. Eclesiastés 8:12
Les irá bien a los que a Dios temen. Eclesiastés 8:12
Un estudiante que se conforma con hacer ejercicios fáciles progresa mucho más lentamente que el que trabajaba con temas más arduos. Sucede lo mismo en el plano espiritual, y nuestro Señor es el mejor pedagogo. Él sabe cuál es la mejor manera de formarnos, instruirnos y fortalecer nuestra fe, y por ello nos envía pruebas perfectamente adaptadas a cada uno. ¡Podemos, pues, confiar en Él!
Pensemos en el ejemplo de los apóstoles Pedro y Pablo (Hechos 12 y 16). El primero, encadenado, sería ejecutado al día siguiente. El otro había recibido latigazos públicamente y lo habían echado en el calabozo con los pies atados. Pero ni el uno ni el otro estaban angustiados; uno dormía tranquilamente y el otro cantaba himnos. Estaban convencidos de que Dios era el Señor de todo, y sentían su presencia que los fortalecía (2 Timoteo 4:17).Cuando surja una dificultad, aceptémosla sin indiferencia ni resignación, sino con la seguridad de que nuestro Padre celestial está con nosotros y tiene todo en sus manos. ¡Su objetivo es hacernos finalmente el bien! (Deuteronomio 8:16).
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