“Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.”
Efesios 2;8 Nueva Traducción Viviente (NTV).
Hace algo más de diez años, Junio de 2006, le pedí al Señor Jesucristo que me salvara. Después de buscar de diversas formas la anhelada salvación y no encontrarla, Él lo hizo. Las consecuencias de mis pecados habían afectado a mi alma, mi mente y mi cuerpo; y solo Jesucristo tuvo el poder suficiente para liberarme.
En aquel entonces recibí al Espíritu Santo, y Él comenzó a guiarme por medio de la Palabra de DIOS (Biblia). Y aunque mi camino de restauración fue lento y dentro de mí existía la incertidumbre respecto a si algún día sería totalmente restaurado, DIOS sabía que así sería y que en el momento preciso Él me daría todas las cosas. Me enfoqué en conocer a DIOS y descubrir que Él es el mayor tesoro. Y al hacerlo todo comenzó a acomodarse. Para cada obstáculo Él tenía la solución exacta, cada vez Él convertía mis problemas en oportunidades para realizar milagros.
El Señor Jesucristo ha estado conmigo desde aquel entonces y echó fuera de mí el temor y la ansiedad. Me ha demostrado infinidad de veces que Él tiene pensamientos de bien y no de mal para mí y que cada vez que sigo su camino a pesar de la duda, Él de una u otra manera me bendice. (Jeremías 29:11, Romanos 8:28).
Toda promesa que el SEÑOR me ha dado se ha cumplido, pero tuve que creerle y seguir sus caminos.
Si tú te encuentras en un lugar oscuro anhelando la salvación, si has buscado en muchos lugares sin recibir libertad, necesitas hacer de Jesucristo tu Salvador y seguir sus caminos.
DIOS, creo que Jesucristo es tu Hijo, que pagó por mis pecados y que es el único camino de salvación. Perdona mis pecados. Señor Jesús, lávame con tu sangre, entra en mi corazón y sálvame. Quebranta todo yugo en mi vida y dame descanso. Envía a mí tu Espíritu Santo. Oro esto en el nombre de Jesús, amén. “
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