lunes, 12 de septiembre de 2016

¿Discípulo de Jesús o afiliado de denominación?

Marcos 1-15-26
Texto clave: Marcos 1:17 “…Jesús les dijo: Síganme. En lugar de pescar peces, les voy a enseñar a ganar seguidores para mí.…”
Actualmente, en la gran mayoría de los seguidores de Jesús, se observa una enturbiada comprensión de lo que implica la manera de ser un discípulo de Él, ya que, muchos de los que se proclaman seguidores de Jesús, se limitan solo a seguirlo sin hacer la labor de ganar seguidores. Pero la invitación de Jesús conlleva una doble dimensión.
Resultado de imagen de ¿Discípulo de Jesús o afiliado de denominación?El objetivo es que los creyentes reflexionen y evalúen su relación y aprendizaje de Jesús, y se resuelvan a seguir a Jesús con la actitud de hacer y no solo de saber.
Cada cristiano es un discípulo (un alumno) del más sabio e insigne de los maestros, nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, existe una gran diferencia entre ser convertido y ser un discípulo integral. El gran error que la iglesia en general ha venido cometiendo es que se ha limitado a buscar hacer convertidos, afiliados, partidarios o adeptos para su denominación. Pero no discípulos.
¿Por qué los seguidores de Jesús del siglo XXI, responden poco o nada a las tareas y compromiso del reino? ¿Se define la vida cristiana meramente a tener comunión con Jesús y saber de Él, y ya está? ¿Por qué muchos de los miembros de las iglesias saben de Jesús, pero pocos asumen el compromiso de servir dentro y fuera de la iglesia, tal como Jesús espera de cada uno de los suyos? ¿Está usted viviendo como modelo total de discípulo de Jesús?
¿Qué implica ser totalmente un discípulo de Jesús? ¿Qué es definitorio, si nos estamos desarrollando conforme al discipulado que Jesús planteó originalmente a los suyos?
Veamos: La pesca era la industria más importante en torno al mar de Galilea, y la pesca con redes era el método más usado. Capernaum, que llegó a ser el nuevo centro de operaciones de Jesús, era en ese tiempo la aldea más grande de alrededor de treinta aldeas de pescadores situadas alrededor del mar (Mateo 4:12-18). En base a esta experiencia cotidiana de vida, Jesús asocia la esencia de su llamamiento que extiende a los suyos.
I. Implica aprender a dejar lo que nos ocupa y distrae, para entregarnos al aprendizaje de Jesús. Verso 15 “…Arrepentíos y creed en el Evangelio” (Conversión)
Implica la convicción o disposición para ser aprendiz… Aprender de Dios y entrar en los procesos de continuos cambios que su enseñanza trae a nuestra vida.
Implica desechar los hábitos que nos impiden ser humildes, para recibir el aprendizaje que de Jesús nos llega por medio de su palabra, hoy.
De la palabra discípulo nos dicen que viene la palabra disciplina.
Para ser aprendiz de tal universidad es necesario la inscripción; una vez que eres alumno te proveen del uniforme y el reglamento de conducta de cada integrante del plantel educativo.
Entonces, de ahora en delante ya eres alumno, te pones el uniforme y buscas aplicarte a las normas que el plantel te propuso como requisito para ser parte de él. Esto significa que tendrás que desarrollar nuevos hábitos en tu persona.
II. Implica saber escuchar y responder a su voz e ir detrás de él. “…Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Verso 17
Discípulo significa: El que aprende viendo, oyendo lo que hace su maestro, y luego se levanta y hace lo que vio y oyó de su maestro.
Y hay una gran diferencia entre ser alumno y discípulo. El alumno aprende la teoría y no necesariamente observa al maestro como el modelo para seguir (ejemplo de cualquier disciplina secular: medicina, derecho, arquitectura…). En cambio, el discípulo de Jesucristo aprende del Maestro, no solamente de sus enseñanzas sino de su ejemplo de vida, y resuelve imitarlo hasta conseguir ser como Él (éste es el concepto bíblico de aprendizaje, o discipulado).
Ser un discípulo de Jesús, implica no solo ser un simple seguidor y oidor de sus bonitas enseñanzas, sino requiere de disposición para pisar donde Él pisó. “…«Dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas»…” (1 Pedro 2:21).
III. Implica dejarse en sus manos con humildad, para ser formados conforme al propósito del llamado extendido. “…Y haré que sean pescadores de hombres…”
Posiblemente el gran problema de la poca funcionalidad y responsabilidad de muchos creyentes del siglo actual, está basado en esta incomprensión del llamado de Jesús. Muchos se quedaron en una simple conversión y afiliación a una denominación religiosa, puesto que el “ser discípulo no se nace, sino que se hace” es un proceso de toda la vida, de un aprender-enseñar.
Ser un discípulo total de Jesús, no solo significa saber recibir de Él, sino hay que saber impartir y repartir esa enseñanza a los que desconocen de Él. 2 Timoteo 2:2 “…Tú has oído lo que les he enseñado a muchas personas. Ahora quiero que enseñes eso mismo a cristianos en los que puedas confiar, y que sean capaces de enseñar a otros…” (TLA)
En definitiva:
Amados amigos y hermanos, hemos reflexionado sobre la dimensión de lo que implica ser un discípulo integro. Ahora bien, responde sobre la identidad de tu vida. ¿Eres convertido o un simple afiliado en una denominación religiosa? ¿Eres convertido, pero hasta ahora no has querido ser discípulo total de Jesús?, o ¿eres un simple oidor de las hermosas enseñanzas de Jesús y te limitas a oírlas, pero no vivirlas?
Ser un discípulo total de Jesús, nos impulsa a creer lo que Él dijo, y a respaldar lo que creemos de Él, con hechos que se ajusten a su amor y misericordia obrada en favor de los hombres y mujeres.
Recuerda que todos tenemos la oportunidad de ser discípulos de Jesús. Y te está llamando. No lo olvides, los discípulos no nacen, sino que se hacen, y Cristo quiere trabajar contigo cumpliendo su propósito. 
“…Jesús les dijo: «Síganme. En lugar de pescar peces, les voy a enseñar a ganar seguidores para mí.»…” Marcos 1:17


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