jueves, 4 de agosto de 2016

Una oferta gratuita

Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. Apocalipsis 21:6
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28
A veces encontramos en nuestro buzón una atractiva propaganda, que nos comunica que la suerte nos designó como felices ganadores y que un regalo nos será enviado. Sin embargo, si leemos atentamente las condiciones vemos que éstas no comprometen demasiado a quien ofrece el regalo.
Por la frecuencia con que se nos presenta este tipo de propuestas, podemos pensar que muchos responden a estas engañosas ofertas. Pero, ¡qué lamentable es no responder a la verdadera oferta del amor de Dios! ¡Cuántos oídos, abiertos a las fantasiosas y a veces falaces ofertas de los hombres, se vuelven sordos a las verdaderas palabras del Evangelio! Cuando Dios nos dice que dio a su Hijo unigénito para salvarnos de la perdición eterna, ¿podemos permanecer indiferentes? Esta oferta de Dios, gratuita y sin contrapartida, compromete nuestra felicidad eterna.
Dios hace a todos una oferta segura, pues Dios no es hombre, para que mienta(Números 23:19). Propone a todos una verdadera liberación. Dios ofrece la vida eterna por medio de Jesucristo, nuestro Salvador. ¿Quién la recibe? ¿Los pobres o los ricos?, ¿los pequeños o los grandes? No, la reciben todos los que confían en Dios, los que creen.
Si para usted todo se derrumba y se vuelve sombrío, si se hace preguntas sobre su futuro, vaya a Jesús, cuéntele sus preocupaciones y tristezas. Él perdonará sus pecados y le dará la vida eterna, y con su presencia también le dará el descanso y la paz.

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