lunes, 1 de agosto de 2016

La salvación es un regalo de Dios

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos 10:17
Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8-9
Esa noche no tenía sueño; tranquilamente daba gracias a Dios por la Biblia, la cual leía desde hacía mucho tiempo. Este Libro me mostró que yo era un pecador y que, como tal, merecía el juicio de Dios. Pero también me dio la seguridad de que desde ahora y para siempre soy un hijo de Dios, gracias al sacrificio de Jesucristo, el Hijo de Dios, quien murió por mis pecados.
¿Por qué creí tales promesas? ¿Porque me parecían ciertas?, ¿porque mi lógica encajaba perfectamente con lo que había leído?, ¿porque tenía la impresión de haber comprendido algo de los misterios de Dios por mi propia inteligencia?
¡No! Porque la Palabra de Dios, que es palabra viva, actuó en mi corazón y en mi conciencia.
En mí mismo no estaba la fuente de la fe, pero por el poder del Espíritu Santo creí lo que este Libro declara porque es la Palabra de Dios. Esta Palabra, recibida por la fe, da la convicción de haber obtenido el perdón divino y la vida eterna. Por lo tanto, todo verdadero conocimiento de amor y de verdad está enraizado en la Palabra del Dios.
“Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”(1 Corintios 2:5).
El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida” (Apocalipsis 22:17).

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