lunes, 29 de agosto de 2016

Después de odiar es posible perdonar

Todos los seres humanos, hombres y mujeres, se caracterizan por responder a ciertos hechos, de palabra o de obra, que ponen al descubierto sus emociones o sus sentimientos. Estas respuestas pueden ser buenas o malas, dependiendo de la situación, o de la experiencia vivida.
Resultado de imagen de Mary  PierceLa siguiente historia, dice así: La tenista profesional Mary Pierce, hija de padre norteamericano y madre francesa, inició su participación en el tenis a la edad de diez años en Florida. Su padre, prematuramente, la incorpora al circuito profesional a los catorce años, y su familia decide radicarse en Francia. Su primer título lo obtuvo en Palermo, en julio del año 1991. Gana el Abierto de Australia en 1995, y Roland-Garros el año 2000. Su padre, Jim Pierce, fue la persona que estuvo detrás de la tenista, presionándola para que iniciara tempranamente su actividad deportiva. Hizo de su hija una estrella, a la vez que la asfixiaba de tal manera que Mary comenzó a odiarlo y a repudiarlo; influyó tanto en ella que la sacó del colegio para hacerla entrenar ocho horas diarias, más otras situaciones que no vale la pena comentar.

No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehová. Levítico 19: 17,18.
El amor…no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor. 1a de Corintios 13:5.
Mary Pierce, tenía su corazón enfermo, el odio y el rencor habían anidado allí, y cada día que pasaba la carga aumentaba hasta hacerse insostenible, no le era posible evitar odiar a su padre, hasta que conoció a Jesús.
El primer efecto de haber aceptado al Señor como único y suficiente Salvador personal, fue expresado por su propia boca cuando dijo: "Las heridas del pasado han desaparecido, y ahora amo a mi padre. No tengo nada contra él. Es el gran milagro de mi vida: tener el corazón libre de odio".

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