“El Señor lo encaró y le dijo: -Ve con la fuerza que tienes y salvarás a Israel del poder de Medián. Yo soy quien te envía”.
(Jueces 6:14)
A menudo se presentan situaciones en nuestra vida, en las que por momentos nos turbamos porque nos preocupamos y queremos hacer algo. Y hay momentos específicos en los que Dios nos encara y nos hace un llamado para que actuemos con valentía y firmeza. Gedeón estaba preocupado por la situación que estaba enfrentando, por su familia y también por su pueblo. Dios le hace un llamado afirmando que es el momento de actuar y pelear por su pueblo.
Gedeón iba a ir protegido por Dios pues Él era quien le había hecho el llamado y encomendada la misión. Pero no solo eso, sino que Dios le estaba dando fuerzas para que cumpliera con la tarea que le había asignado. “Y salvarás a Israel del poder de Medián”. En la actualidad podemos comparar o simbolizar a Medián con las garras del enemigo. Dios quiere que vayamos y proclamemos la libertad para los cautivos, alegría a los tristes y oprimidos. Que atraigamos al mundo de las tinieblas a su luz admirable.
Muchos escucharán el mensaje y otros lo ignorarán, pero la Iglesia no puede callarse ni intimidarse, porque aunque un ejército acampe contra nosotros nuestros corazones no pueden temer, ya que si Dios va al frente de nosotros habremos de ganar la batalla. No importa el número de los que parecen que se levantan contra ti, porque esto no va de números, ni de espadas, ni de ejércitos; sí, en cambio, con el Santo Espíritu de Dios. Porque hay batallas que se pueden vencer solo cuando estamos cubiertos y revestidos de la presencia de Dios.
¡Qué bello es sentir la seguridad de que es Dios quien nos envía! No hay cosa que pueda causar más tranquilidad a nuestras almas que saber que contamos con su aprobación y respaldo. Que no vamos a hacer las cosas simplemente porque queramos, sino porque tienen un propósito y ese propósito está en Dios. Entonces el corazón siente esa paz que da la certeza de que vamos por el camino correcto. Sentimos taladradas en nuestra mente esas palabras que dicen: “YO SOY QUIEN TE ENVÍA”.
Por eso no dudes más, no te quedes quieto. Si sabes que hace tiempo Dios está impulsándote y enfrentándote para que hagas algo que sabes que debes hacer, ¡ya no tienes más excusas!
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