El ateísmo es la ponencia de que Dios no existe. No es algo nuevo, de hecho, el Salmo 14:1 escrito por David alrededor del 1000 a.c. menciona el ateísmo – “Dice el necio en su corazón: no hay Dios”. Recientes estadísticas muestran un creciente número de gente convirtiéndose al ateísmo, condición con más del 10% de gente alrededor del mundo declarándose a sí mismos partidarios de la convicción. Así que, ¿por qué más y más gente se vuelve atea? ¿Es el ateísmo realmente la postura lógica que claman ser los ateístas?
El hecho de que la existencia de Dios debe ser aceptada por fe, no significa que creer en Dios sea ilógico. Existen muchos y buenos argumentos para percibir y reconocer la existencia de Dios. La Biblia enseña que la existencia de Dios es claramente visible en el universo (Salmo 19:1-4), en la naturaleza (Romanos 1:18-22), y en nuestros propios corazones (Eclesiastés 3:11). Con todo lo dicho, nuevamente, la existencia de Dios no puede ser probada, debe ser aceptada por fe.
Y al mismo tiempo, se necesita la misma cantidad de fe para creer en el ateísmo. Hacer la declaración absoluta de que “¡Dios no existe!” es hacer una aseveración de conocer, absolutamente, todo lo que hay que saber acerca de todo, y haber estado en todos los lugares que componen el universo – de haber presenciado todo lo que ha de ser visto. Desde luego, ningún ateo hará estas afirmaciones exactamente. Sin embargo, eso es en esencia lo que ellos aseguran cuando declaran que Dios no existe. Los ateístas no pueden probar por ejemplo, que Dios no vive en el centro del sol, o detrás de las nubes de Júpiter, o en alguna nebulosa distante. Esto no puede ser probado, como tampoco puede probarse que Dios no existe, por lo que se necesita la misma medida de fe para ser ateísta que para ser teísta.
Conque estamos de regreso donde empezamos. El ateísmo no es comprobable y la existencia de Dios debe ser aceptada por fe. Yo creo firmemente que Dios existe. Admito gustosamente que mi creencia en la existencia de Dios está basada en la fe, y como consecuencia, y al mismo tiempo, rechazo firmemente la idea de que sea ilógico creer en Dios. Creo que la existencia de Dios puede ser claramente vista, nítidamente sentida, y ser necesaria, filosófica y científicamente probada.
Salmos 19:1-4 dice, “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras.”
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