Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones. Salmos 35:17
Un partido de las estrellas en el cricket puede ser extenuante. Los competidores juegan desde las once de la mañana hasta las seis de la tarde, con dos intervalos para almorzar y tomar el té; pero los partidos pueden durar hasta cinco días. Es una prueba tanto de talento como de resistencia.
A veces, las pruebas que enfrentamos en la vida se intensifican por una razón similar: parecen interminables. La larga búsqueda de trabajo, una etapa ininterrumpida de soledad o una prolongada batalla contra el cáncer se vuelven muy difíciles, y nos preguntamos si alguna vez acabarán.
Quizá por eso el salmista exclamó: Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones (Salmo 35:17). Los comentaristas bíblicos dicen que esta exclamación se refería al extenso período en la vida de David, en la que el rey Saúl lo perseguía y sus consejeros lo difamaban; un tiempo de prueba que duró varios años.
No obstante, al final, David cantó: Sea exaltado el Señor, que ama la paz de su siervo (verso 27). Su prueba lo llevó a confiar más profundamente en Dios; confianza que nosotros también podemos experimentar durante las prolongadas etapas de prueba, dificultad o pérdida.
Cuando tus cargas te agobian, recuerda que Dios te sostiene con sus brazos.
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