Pero vale la pena esperar. A pesar de que el enemigo coloque obstáculos en el camino para que no alcances tus metas, lucha, avanza, no te quedes estancado(a) esperando que se quite por sí solo ese impedimento, ya es hora de vencer; las pruebas llegan a nuestra vida con el fin de que las superemos, no para que nos lamentemos y pensemos que no podemos llegar más lejos.
Ánimo, que tu fe nunca mengue, contrariamente, que a cada día que pase te sientas más lleno(a) de esperanza, que aunque no veas los resultados que llevas esperando desde hace años, pienses que cada día que pasa te acerca más a esos logros, y de que Dios no te va defraudar. Sigue sirviendo al Señor, obedece, busca su presencia, haz el trabajo que te corresponde, y a su tiempo verás lo que tanto anhelas.
Todo pasa, todo cambia, todo llega menos Dios. Dios permanece, siempre está ahí, solo está preparándonos para las grandes cosas que nos esperan.¨Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán¨ Isaías 40:31 (Reina-Valera 1960).
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