miércoles, 6 de julio de 2016

Algo nuevo

“…Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados…” Efesios 4:1
Una nueva forma de vida, eso es lo que necesitamos para que las cosas cambien. Vivimos en un mundo en el cual se lucha por sobrevivir, incluso hay quienes se atreven a compararlo con la jungla, donde predomina la ley del más fuerte.
¿Pero, cómo podemos experimentar algo nuevo? “Nacer de nuevo” es un término utilizado en la Biblia para denotar una nueva forma de vida, un cambio hasta cierto punto radical; un giro completo, 180 grados.
“…Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios…” Juan 3:3
Como seres humanos, solemos preocuparnos por aquello que no entendemos; peor aún, lo razonamos de acuerdo a nuestra poca capacidad.
Esto nos ha llevado a equivocaciones en la vida, sí, hemos dejado de hacer ciertas cosas, prácticas comunes, pero, siendo sinceros, solo hemos cambiado de apariencia, en lo interior somos exactamente los mismos.
Por lo que debemos aprender a cambiar. Los psicólogos dicen que si hacemos algo durante unos cuantos días seguidos, terminará convirtiéndose en una costumbre, y por lo tanto, en ley.
Ahora bien, tengamos en cuenta estos principios
- Siempre será la práctica la que nos capacitará para llevar una nueva vida en Cristo.
“…Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal…” Hebreos 5:14
- Cuando aprendemos a decir que NO a las cosas a las cuales nos habíamos acostumbrado y que no dejan que nuestra vida espiritual crezca, entonces es cuando verdaderamente comenzamos a cambiar de hábitos.
Sí, de acuerdo, es difícil el cambioSi alguien te ha dicho que es un camino sencillo y sin dificultades, te ha mentido. La realidad es que muchos de los recién convertidos abandonan su fe, por la cantidad de dificultades que aparecen en el camino que han escogido.
“…Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios, el cual me amó y se entregó así mismo por mí…” Gálatas 2:20
Cuando el apóstol Pablo escribe estas palabras, probablemente no pensaba en las dificultades que vivimos los creyentes de hoy en día; no, pensaba en las dificultades que le rodeaban a él; y muy probablemente, esas eran mayores que las nuestras.
2 Corintios 11:23-27 – ¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo). Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligro de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he sufrido naufragio; una noche y un día he pasado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez.
Pero es posible. Siempre que Dios te da la palabra de poder, es porque es posible alcanzar el nivel que te está pidiendo. Sabemos que lo más fácil es seguir la corriente de las multitudes, pero eso no tiene dificultad; lo verdaderamente difícil es salir del montón.
“… Porque nada hay imposible para Dios…” Lucas 1:37
Para los hombres es imposible alcanzar el estándar que Dios desea, por lo que es su hijo quien vive en nosotros, el que nos da una nueva vida, nos da de su Espíritu para que nos guíe, y es precisamente Él quien nos fortalece y nos ayuda en tiempos de debilidad.

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