¡DERRAMAD DELANTE DE ÉL VUESTRO CORAZÓN!… (Salmo 62:8)
Veamos cinco pasos que te ayudarán a reponerte de la pérdida de un ser querido:
1) Expresa tu duelo.
1) Expresa tu duelo.
Es normal sentir emociones como miedo, ira, preocupación, depresión, resentimiento, impotencia y dolor por la pérdida. No es bueno contenerlas o negar que estén ahí, porque Dios nos creó con sentimientos y no espera que demos la impresión de ser felices cuando estamos pasando por el duelo. Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación (Mateo 5:4). Sé franco con Dios, ¡derramad delante de Él vuestro corazón!… (Salmo 62:8) y Él te consolará.
2) Acepta la ayuda de otros.
2) Acepta la ayuda de otros.
Es un error aislarse después de una tragedia, ya que todos necesitamos el aliento y el apoyo de los demás. Estamos llamados a llevar los unos las cargas de los otros. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo (Gálatas 6:2).
3) Decide cómo vas a reaccionar.
3) Decide cómo vas a reaccionar.
Si eliges la amargura, te perjudicarás y te cerrarás la puerta de la felicidad, porque no puedes ser feliz y amargo al mismo tiempo. En los últimos incendios de California, había víctimas que decían: lo hemos perdido todo y estamos tristes, pero trabajaremos juntos como familia y saldremos adelante. Otros, sin embargo, decían: Esto ha acabado con mi vida, no puedo seguir adelante, nunca me voy a recuperar de esto. En ti está el creer que estás solo o que Dios está contigo y que vas a reponerte.
4) Sé consciente de que tu gozo proviene de Dios, y que no depende de las circunstancias.
4) Sé consciente de que tu gozo proviene de Dios, y que no depende de las circunstancias.
El gozo sale de dentro; está basado en QUIÉN has puesto tu confianza, no en lo que ves o en cómo te sientes.
5) Céntrate en lo que todavía tienes, no en lo que has perdido.
5) Céntrate en lo que todavía tienes, no en lo que has perdido.
Haz una lista de las cosas buenas de tu vida y da gracias a Dios por lo que todavía te queda. Es imposible que a la vez estés agradecido y sin esperanza.
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