miércoles, 8 de junio de 2016

Buscando Amor En Los Lugares Equivocados

Cuando era niño pasaba mucho tiempo con un juguete que tenía piezas de diferentes formas (cuadradas, triangulares, rectangulares, etc.). La idea del juego consistía en encajar las piezas correctas en los agujeros correctos. A veces forzaba y hasta golpeaba a las piezas para que encajaran en el agujero que no era el correcto.
Resultado de imagen de Buscando Amor En Todos Los Lugares EquivocadosEste juego ilustra perfectamente lo que muchas personas hacen con su vida, y no importa lo paciente que se sea, o la destreza y habilidad estratégica que se tenga. Tampoco importa lo fuerte que se trate de forzar las piezas. Las piezas y los agujeros tienen que encajar suavemente. Cuando no coinciden, tratar de golpearlas para que encajen solo lo deja a uno frustrado.
Lo mismo sucede con nuestras vidas. Todos tenemos un vacío, un hueco en nuestro corazón que tiene cierta forma (como las piezas del juguete), de manera que solamente puede ser llenado con un encaje perfecto. Anhelamos ser amados y estar satisfechos, pero ese amor y satisfacción deseados deben surgir de cierta fuente para que tengan ese encaje perfecto.
Nuestro problema es que muchos buscamos amor y satisfacción para llenar ese vacío en los lugares equivocados. Muchos tratan de llenar ese vacío en su corazón con cosas que no encajan. Y finalmente, eso los lleva a una crisis de identidad.
El rey Salomón es el ejemplo perfecto de un hombre que buscó en todos los lugares equivocados. Salomón fue la persona más rica que jamás haya pisado la faz de la tierra. Hacía ver a Bill Gates como una persona común y corriente.
Salomón tenía cualquier recurso a su disposición, y aún así escribió en su diario, (El libro de Eclesiastés): Dije yo en mi corazón: Vamos ahora, te probaré con el placer: gozarás de lo bueno.
Salomón probó todo “debajo del sol” para ver si algo podía llenar ese vacío, y ¡mira que tenía los recursos para hacerlo! Tenía mansiones, palacios, bienes raíces, jardines, parques, embalses... También intentó con la música y encuentros sexuales.
Tenía las mejores comidas, el mejor vino, las mejores fiestas y sin embargo, al final de su vida se dijo: "he observado todo cuanto se hace en esta vida, y todo ello es absurdo, ¡es como correr tras el viento!" Es como intentar encajar una pieza cuadrada en el agujero redondo.
Finalmente, Salomón hizo otra observación. Llegó a comprender que en lo profundo de nuestros corazones hay un hueco; hueco que solamente puede encajarse con Dios y solo Él. Nunca otra persona.
Salomón concluyó en el libro de Proverbios,  que lo que un hombre y una mujer desean es un amor que no falle. Salomón tenía razón. Nuestros corazones están buscando un amor infalible. Un amor que no falle es la única pieza que encaja y satisface nuestros corazones y aclara nuestra identidad.
Simplemente debe comprender cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo para usted. Permitir que Su amor infalible capture su corazón, que ese amor le carcoma el alma, y cuando lo haga, jamás tendrá una crisis de identidad; porque descubrirá su verdadera identidad, la de que usted es un hijo atesorado del Dios altísimo. Esa es su verdadera identidad. Como puede ver, su corazón lleva la forma de Dios, un ajuste perfecto para Jesús en todos los sentidos. Ningún corazón es muy grande, ningún corazón es muy pequeño, Jesús es la respuesta que se ajusta en todos.
Proverbios 19:22
Lo que es deseable en un hombre es su bondad, y es mejor ser pobre que mentiroso.

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