viernes, 10 de junio de 2016

Acepto la cita

Cuando recibimos una invitación nos sentimos halagados… Ahora, imagine por un instante, que usted recibe una invitación para conversar de una persona altamente respetada o de influencia en su comunidad; quizás de un empresario a quien usted admira, o un deportista que es figura internacional… Seguramente no se demoraría en aceptar la invitación y ajustar su agenda para asistir a tan importante cita; y si esa invitación se repitiera, se sentiría usted gratamente sorprendido(a) ¿no?…
ENCUENTRO DIARIOPero hay quien es mayor que todas las personas del mundo, que tiene todo el poder y el conocimiento de todas las cosas que te dice: “Ven a mí. Estoy disponible. Ven cuando quieras. Ven tal como tú eres…. Entra, la puerta está abierta; te estoy esperándo. Tengamos un tiempo para compartir…”
En la Biblia, desde el primero hasta el último capítulo encontramos cientos y cientos de invitaciones para que nos acerquemos al Dios creador del Universo… Invitaciones para estar con Él, para acercarse a Él… para recibir guía y consuelo, una invitación para alabarlo y adorarlo con el único propósito de que lo conozcas más a Él y recibir la revelación de Su infinito amor.
El llamado está dado de muchas formas y con diferentes voces, en susurros, gritos, órdenes, y con palabras amorosas o fuertes. Es como Dios deja claro en su Palabra, que Él quiere que tengamos una relación cercana e íntima. Y la quiere contigo.
Dios está cerca y Él está listo para escucharte, para reunirse contigo y que le abras tu corazón en oración…
“Gracias Señor, por invitarme a estar a tu lado para hablar contigo y conocerte más. Es para mí un motivo de honra y un honor aceptar esta invitación… el privilegio es mío; acepto pasar tiempo contigo todos los días, sé que será para mí una poderosa bendición, lo creo y declaro en el nombre de Jesús, amén”.
“El Señor dice: Rescataré a los que me aman; protegeré a los que confían en mi nombre. Cuando me llamen, yo les responderé; estaré con ellos en medio de las dificultades. Los rescataré y los honraré” Salmos 91: 14-15. (NTV)

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