-Usted creció en un mundo diferente, casi primitivo. Los jóvenes de hoy crecimos con televisión, Internet, teléfonos móviles, pc, notebook, enviamos sondas espaciales, volamos ida y vuelta en transbordadores, utilizamos la energía nuclear con fines pacíficos, coches eléctricos, paneles solares, en fin, podría estar toda la noche diciéndole las cosas que utilizamos hoy.
La persona mayor, reflexionó brevemente, y dijo:
-Tienes razón, hijo mío, nosotros no crecimos con las cosas que mencionaste, ¡ocupamos todo nuestro tiempo inventándolas!, ¿me puedes decir qué vais a dejar a vuestra próxima generación?
Y el rey respondió al pueblo duramente, desechando el consejo que los ancianos le habían dado; y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo, pero yo lo haré más pesado aún; mi padre os castigó con azotes, más yo os castigaré con escorpiones. 1a de Reyes 12: 13,14.
En la historia bíblica, se puede observar el conflicto generacional entre los jóvenes y los adultos mayores o ancianos. El rey determinó desoír el consejo de la experiencia que da el paso de los años, y se inclinó por el consejo apasionado de los jóvenes. Esta confrontación entre generaciones ha sucedido siempre, algunas con resultados dramáticos como es el caso de la escritura. La arrogancia suele ejercer poder en los muchachos y muchachas, que consideran a los mayores o ancianos pasados de moda, o que subsisten desfasados de época. Pero siempre, ante cualquier decisión importante, será bueno recurrir a los que han vivido más, porque el paso de los años aporta experiencia, y bastante.
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