martes, 12 de abril de 2016

Tiempo para el éxito

EFESIOS 5:15-17 “Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.”
cuento-antes-dormirCada noche antes de dormirme, dice el autor de esta meditación, escribo mis metas para el día siguiente. Al despertar, leo la lista para centrar mis energías en las más importantes. Si esto no fuera parte de mi rutina diaria, las pocas horas de que dispongo no serían utilizadas productivamente.
La Biblia nos enseña a usar nuestros días sabiamente. El tiempo es un regalo. El Todopoderoso ha dado a cada persona un número de días para que los viva en la tierra. Nuestra vida es fugaz e incierta; Santiago la compara con la "neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece"(Santiago 4:14). El tiempo es también irreversible. No se puede tocar una tecla de “rebobinar” y deshacer lo hecho. Es ilógico desperdiciar este precioso recurso del tiempo, pero muchas veces lo hacemos.
Para que podamos vivir plenamente y con propósito cada momento de nuestra vida, tenemos que estar alertas para evitar los siguientes estorbos:
*   Las prioridades fuera de lugar, que dan como resultado oportunidades desperdiciadas. Nuestros valores determinarán el énfasis y la cantidad de tiempo que demos a cada actividad.
*   La vida desvergonzada y la falta de perfección, que absorben un tiempo valioso que podría haber sido usado para beneficio del Reino de DIOS.
*   La falta de concentración, que quita su potencial al tiempo. Por ejemplo, tenemos que disciplinarnos para concentrarnos en la lectura de la Palabra de DIOS, y no desviarnos.
¿Qué valores guían el modo de usar tu tiempo?  ¿Hay algo que te impida vivir cada momento de una manera que agrade al Señor?
Tú nunca tendrás la oportunidad de vivir el hoy otra vez, por tanto, pide a DIOS guía y dirección para que puedas vivir cada día con propósito.
Gracias Señor, por la vida que me das. Gracias por tu Palabra, y gracias porque puedo conversar contigo en todo momento. Ayúdame Señor, a vivir sabia y plenamente bajo tu guía y dirección y que todo lo que yo haga sea bajo tu bendición. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

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