Cómo resistir a Satanás

La vida cristiana es una batalla continua, y estamos en terreno enemigo.

Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Resistidlo firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 1 Pedro 5:8-9

Estos tres exponentes descritos del Nuevo Testamento coinciden o se relacionan entre sí, para dar a conocer la Palabra, que sirve de mecanismo de defensa.
Esta palabra que ellos mencionan (los apóstoles), les funcionó a ellos cuando realizaban sus roles apostólicos. Para nosotros también nos funcionará durante el tiempo que Dios nos conceda vivir en esta tierra. Para nadie es un secreto que existe una guerra espiritual, y muestra de ello son los conflictos mundiales que hay en la actualidad. Ver como están las iglesias asoladas hoy en día y una fuerte migración.

Ante esta situación, la palabra del Señor nos señala la forma correcta de cómo enfrentarla. La razón principal por la que debemos hacer uso de la palabra “resistencia o resistir”, es porque existe un enemigo que está asechando alrededor, como un león rugiente buscando a quien devorar, o sea, buscando que abandonemos la fe, en eso consiste el devorar de Satanás. Basta con ver las estadísticas de muchos cristianos, y ver como están las iglesias asoladas hoy en día con una fuerte migración.

1) Resistimos al diablo por medio de la Sobriedad (verso 8 a)

A. Sobrio: Persona moderada, controlada, discreta y con dominio propio. Persona con buen criterio, en armonía con el sentido común. En el aspecto espiritual es una persona que tiene una buena actitud, sana y cristiana frente a las circunstancias y los problemas de la vida (Tito 2:12)

B. Velad: Estar alerta, apercibido y vigilante en la Oración (Mateo 26:40-41; Efesios 6:18).

C. Resistencia: Griego = “Anthistemi” = Ponerse de frente, oponerse, luchar, resistir. Es un imperativo que insta a los hijos de Dios a oponerse a los planes del enemigo. Resistir es una una capacidad espiritual de ejercer fuerza o presión contra ella sin moverse y llevar a cabo una meta sin sufrir daño o alteración.

D. Resistir en la Fe: (Efesios 6:16) Eso fue lo que hizo Jesús cuando fue tentado en el desierto (Mateo 4:1-11). La fe es una defensa contra este león rugiente, y lo resistimos cuando permanecemos firmes en la fe.

2) Resistimos al diablo cuando superamos las Pruebas y Tentaciones 1 Pedro 5:10.

A. Padecer un Tiempo. (verso 10b) Todos pasaremos momentos de Pruebas y Tentaciones. Es donde Dios está ajustando algo en las áreas de nuestra vida, hasta que se cristalicen bien el Carácter y la Imagen de Jesucristo, en cada uno de nosotros (1 Pedro 4:15-19).

B. Tanto la palabra "Prueba" como "Tentación" son una sola palabra en el Griego y es “Peirasmos”.

C. Perfeccione: (verso 10 c) Perfectos: Maduros o madurar en la fe. El Espíritu Santo es el que hace madurar nuestra fe, de modo que no quede nada defectuoso en nosotros (Filipenses 1:6).

D. Afirme: (verso 10 d) Firmeza se resumen en (1 Corintios 16:13)

E. Fortalezca: (verso 10 e) Habla de la fortaleza que Dios nos da por medio de su Santo Espíritu, quien nos asegura su poder (Hechos 1:8).

F. Establezca: (verso 10 e) Establecer habla de Fundamento, y Consolidación (2 Timoteo 3:17).

3) Resistimos al diablo cuando nos sometemos a Dios (Santiago 4:7-8)

   A. Someterse a Dios es aceptar su señorío; es estar bajo su control, bajo su voluntad, tener una cercanía continua a Dios (verso 8) (Salmo 91:15).

    B. Permanecer en la Palabra y en Cristo (Juan 15:5)

    C. Permaneciendo dando frutos (Gálatas 5:22).

   D. Logro: El diablo huirá, en el nombre de Jesús de Nazaret. Satanás, para el hijo de Dios solo es un león, que solo ruge porque Cristo le tumbó los colmillos en la Cruz cuando resucitó y lo venció.

Conclusión:

Con estos tres pasos, seguro que si los usamos seremos victoriosos.

Resistimos a Satanás cuando somos sobrios, cuando vencemos las pruebas y las tentaciones y nos sometemos completamente a Dios; entonces el diablo queda derrotado, en el nombre del Señor.