martes, 22 de marzo de 2016

Pecar por ignorancia

Muchos son, y me incluyo, los que han hecho cosas sin mala intención y han sido juzgados. En esta vida no podemos dárnoslas de que nos las sabemos todas, y de creer que siempre se hará lo que uno diga, ya que hay momentos en los que se nos van las luces y cometemos errores sin pensar en las consecuencias de ello, creyendo que no traerán ninguna consecuencia.
Sucede cuando nos dejamos llevar por el afán, cuando no pensamos antes de actuar, y no nos ponemos a pensar las cosas positivas y negativas del proceder; sin tener la más mínima intención de maldad en nuestro corazón.
A diario pecamos, pero algunos pecados los hacemos intencionadamente y otros actuamos sin saber que lo que estamos haciendo está mal. Por eso es importante estudiar muchísimo la palabra de Dios, pues es la que siempre nos orientará a hacer lo correcto y a no omitir ningún mandamiento ordenado por Dios.
Aparte de eso, es muy importante tener la guía del Espíritu Santo pidiéndole discernimiento (capacidad de distinguir  entre lo bueno y lo malo), y así, al sentirnos guiados por el camino correcto sentiremos paz en nuestro corazón, como también notaremos que todas las cosas suceden sin problema alguno o sin inconvenientes. Hay que ser muy cuidadosos y precavidos.
Antes de tomar decisiones importantes, entremos en comunión con Dios, oremos, adoremos, busquemos su presencia, leamos su palabra, y que Él traiga revelación a nuestra vida para así cumplir su voluntad.
Si se nos dificulta entender la palabra, es porque necesitamos estar en la intimidad con Dios, crecer espiritualmente en su presencia, y ser amigos del Espíritu Santo, porque de lo contrario leeremos por leer, sin entender, sin analizar y por lo tanto, no conoceremos a fondo la verdad que nos hará libres, porque no obtendremos conocimiento.
Entonces siempre actuaremos por emociones, cometiendo errores en donde quiera que vayamos, sin percatarnos del daño que nos hacemos a nosotros y a los demás.
Busquemos orientación en nuestros líderes, pastores, amigos y familiares, busquemos tener el temor de Dios. Siempre es bueno escuchar consejos, y no actuar ni ser sabio según nuestra propia opinión.
¨Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia,  si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz;  Si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos. Es escudo a los que caminan rectamente.  Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio y equidad, y todo buen camino. Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y  la ciencia fuere grata a tu alma, la discreción te guardará; Te preservará la inteligencia.¨
Proverbios 2:1-11 (Reina-Valera 1960).

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