Odia vivir debiendo y quizá se pregunta si Dios le está castigando. ¿Por qué no mejoran las cosas?

Todo lo que tenemos, incluso el dinero, viene de Dios. El dinero no es algo malo, pero puede serlo si se le da un mal uso. A veces lleva a la avaricia, al orgullo, al materialismo y es fácil ponerlo en primer lugar en nuestras vidas. Algunas veces las pérdidas inesperadas o los gastos no planeados pueden derivar en problemas monetarios, tentándonos a la preocupación. Pero debemos recordar mantener a Dios como el primero en nuestros corazones y en nuestras vidas.
Si está luchando con la deuda, he aquí algunos consejos útiles:
Si está luchando con la deuda, he aquí algunos consejos útiles:
- Busque la voluntad de Dios para su vida con un corazón humilde y una mente abierta. La Biblia dice: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5). No importa cómo se produjo la deuda; Él tal vez quiera cambiar su actitud, o darle nuevas prioridades o metas en la vida. Sea lo que fuere, empiece con un renovado enfoque su relación con Cristo y préstele especial atención a lo que el Espíritu Santo habla a través de las Escrituras.
- Pídale a Dios que le ayude a confiar en Él, y no permita que la deuda domine su espíritu o su pensamiento. El apóstol Pablo, quien fue aislado, encarcelado y que perdió todas sus posesiones, dijo: “he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11). Fundamente su esperanza en la Palabra de Dios. La Biblia dice “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. (Jeremías 29:11). Afirme su corazón en el inagotable poder de Dios, y su bondad y amor harán la diferencia.
- Consulte a un empresario, sabio, a una persona de confianza (tal vez en su iglesia, si asiste a una), a alguien capacitado en planificación financiera o recurra a una asociación local, sin fines de lucro, en donde le puedan proveer asesoría financiera; después ponga en práctica los consejos que le den. Seguramente incluirán el hacer un presupuesto realista, haga uno y ajústese a él. Dios generalmente responde a nuestras oraciones, trayendo gente a nuestras vidas que puedan ayudarnos.
- Encuentre la manera de erradicar cualquier gasto innecesario, como dinero empleado en entretenimiento o en objetos de lujo. Puede no ser divertido, pero le ayudará a ahorrar dinero y a encaminarse hacia la tranquilidad financiera.
Hebreos 13: 5 dice, “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora”. Todo lo que tenemos viene de Dios y Él siempre proveerá. Debemos ser buenos administradores de todo lo que Él nos ha dado, siendo responsables del dinero y de las posesiones que llegan a nuestro camino, y siendo cuidadosos para no gastar de más o de caer en la avaricia. Como Jesús advirtió: “No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Lucas 16;13). Haz de Él hoy la máxima prioridad en su vida y pídele orientación respecto a tus finanzas.
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