¨De igual manera, el pecado ya no tiene poder sobre ustedes, sino que Cristo les ha dado vida, y ahora viven para agradar a Dios.¨
Romanos 6:11 (Traducción en Lenguaje Actual)
Una vez que decidimos entregar nuestra vida a Jesús, se marca un antes y un después, lo cual quiere decir que lo malo que había en nosotros quedó atrás e iniciamos una nueva vida, tratando de no cometer los mismos errores del pasado y dejando, en la medida de lo posible, de hacer las cosas malas que nos hacen sentir mal y que no le agradan a Dios. Cristo murió para darnos vida en abundancia, para que la tengamos en total pureza y santidad.
¨Así que no dejen que el pecado los gobierne, ni que los obligue a obedecer los malos deseos de su cuerpo. Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han vuelto a vivir. Así que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bien, entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada.¨ Romanos 6:12-13 (Traducción en Lenguaje Actual).
El enemigo nos destruye si nosotros se lo permitimos. Cuando cedemos ante la tentación y caemos en pecado, le damos la autoridad de acusarnos y que gobierne nuestra vida. Por supuesto, un verdadero hijo de Dios eso no lo puede permitir. La palabra dice:
¨No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportarla.¨ 1 Corintios 10:13 (Reina-Valera 1960).
Dios permite la prueba, pero con ella envía la salida porque todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Tenemos que declarar su palabra cada vez que nos encontremos ante una tentación, debemos permanecer firmes. Asquéate de cometer los mismos errores, cánsate de entristecer a Dios, y no lastimes su corazón pues Él te ama. Permite que cambie tu vida y si quieres que Dios te de lo mejor, apártate del pecado.
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