lunes, 25 de enero de 2016

¿Preferencias sexuales o vidas pecaminosas?

Con un nueva vestimenta se ha querido disfrazar a la homosexualidad. Por todas las vías posibles se escucha el término repetido una y otra vez, "preferencia sexual", como para grabarlo en el alma de quienes lo escuchen, de manera que no resulte aterrador y perjudicial para la vida espiritual de las personas. Recuerdo que de joven muchos homosexuales eran encarcelados en Cuba por lo que hoy, algunos de los más vehementes defensores de la individualidad llaman “preferencias sexuales”; era habitual que no se permitiera el acceso a determinadas actividades sociales, y en muchos casos, aquellos que las ejercían, eran llevados a lo que prácticamente eran campos de concentración. Todo eso me pareció entonces, un acto de marginación y excluyente, y me convertí en uno de los más vehementes críticos, pero ante el fenómeno de aceptación que se da hoy, no puedo aplaudir ni mirar con buenos ojos, que se quiera presentar el flagelo del homosexualismo como una práctica inocente, que debe ser aceptada por todos como algo usual y de lo más avanzado del pensamiento del siglo XXI.
Por todo ello, no puedo cerrar filas con el criterio generalizado en algunos medios, de ver como algo normal lo que a los ojos de cualquier persona en su sano juicio no es más que una aberración sexual. Y como redimido por la sangre de nuestro común Señor y Salvador Jesucristo, reconozco que las Escrituras hacen alusión al tema del homosexualismo una y otra vez, refiriéndose a él como una práctica condenada por Dios desde el Antiguo Testamento.
Una no muy extensa ojeada a las Escrituras bastaría para darnos cuenta de lo que piensa nuestro Hacedor con relación al tema que nos ocupa. Veamos algunos versículos que hacen referencia al homosexualismo:

Levítico 18:22 No te echarás con varón como con mujer; es abominación.
Levítico 20:13 Si alguno se acostare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.
1 Coríntios 6:9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones.
1 Timoteo 1:9-10 conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina.
Por si todo esto fuera poco, bastaría hacer uso de nuestro sentido común, para darnos cuenta de que si el Creador hubiera visto como normal la homosexualidad, al buscar una compañía idónea para Adán le hubiera proporcionado a Evaristo y no a Eva. Por tanto, solo hay una ayuda y un complemento idóneo para la vida armoniosa del hombre en todas las esferas incluida la sexual, y esa ayuda no es otra que la mujer. Otra práctica es antinatural, anti-bíblica y está condenada al rechazo por cualquier persona sensata, y eso no puede ser tildado ni mucho menos como conducta homófoba.

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