sábado, 23 de enero de 2016

La Iglesia

La gente se pregunta: “¿Por qué es importante la iglesia? ¿Por qué debo ir a la iglesia cuando he sido salvo?”
La Biblia anima a los creyentes, tanto viejos como nuevos, a que “crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18 NVI). El primer paso de este proceso es involucrarse activamente en el ministerio de una iglesia local.
Todos los Cristianos son miembros del cuerpo de Cristo. Es voluntad de Dios que los cristianos se reúnan como un cuerpo espiritual a nivel local, algo que han estado haciendo desde hace 2.000 años. Varias cartas del Nuevo Testamento fueron escritas a grupos locales de creyentes ubicados en diferentes lugares del Imperio Romano. El escritor de Hebreos amonestó a los seguidores de Cristo del primer siglo: “No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca” (NIV). Hebreos 10;25
La importancia de la comunión en la iglesia nunca es enfáticamente, excesiva. Hay algo en la comunión dentro del grupo de creyentes en la iglesia local, que es único y no se puede encontrar en ninguna otra parte. Si una brasa cae fuera del fuego, pronto se enfría. El mismo principio se aplica en el sentido espiritual. Restarle importancia a la comunión en la iglesia es renunciar al aliento y a la ayuda que nos brindan otros cristianos. Nos reunimos para compartir nuestra fe y fortalecernos unos a otros en el Señor.

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