viernes, 22 de enero de 2016

Hacer o no hacer. ¿Qué hago con mi vida?

“Nunca sopla viento favorable para el marino que no sabe en qué puerto echar anclas.” Proverbio
Una pregunta muy frecuente es ¿qué hago con mi vida? Estoy en una encrucijada, no se qué hacer y si lo debo hacer. Estoy indeciso, y no quiero tomar una decisión por temor a equivocarme, a fracasar. Razones tiene el proverbio mencionado arriba. Un relato árabe dice:
“Cuentan que aquella noche era especialmente fría en el desierto. Abdalá montó su pequeña tienda de campaña, tan pequeña que apenas cabía acostado. Se despidió de su camello, llamado “Indecisión”, acariciándole la cabeza pero dejándolo fuera, y se dispuso a pasar una noche tranquila y reparadora.
Apenas había conciliado el sueño, cuando el camello lo llamó con voz suave pero insistente. “Déjame meter la nariz en tu tienda, hace mucho frío y la tengo completamente helada…” Abdalá, que era un hombre bueno, accedió a la petición.
Pero ocurrió que en cuanto se durmió profundamente, el camello empujó un poco y metió la cabeza completa. Como la tienda era tan pequeña, al hacer esto chocó con la cabeza del hombre y lo desplazó hasta que éste sacó los pies por el otro extremo. Abdalá protestó, pero “Indecisión” le hizo ver que eso no era gran cosa. Pasó poco tiempo y el camello metió los hombros y empujó a su patrón afuera hasta las rodillas. “Indecisión” siguió introduciéndose en la tienda, llenándola por completo y sacando a Abdalá por el otro extremo, hasta que finalmente quedó completamente fuera.”
¿Le suena esto? ¿No le ha ocurrido alguna vez que al dejar entrar un poco de indecisión ésta lo llenó todo, sacándolo, (negándole), de las cosas buenas de la vida? La indecisión no es buena para nada, la indecisión es el obstáculo que te impide alcanzar un resultado extraordinario en la vida, en tu matrimonio, en tus finanzas, en tu carrera o en tu ministerio. Debes tomar decisiones.
Día a día las personas nos enfrentamos al desafío de tomar decisiones, porque la vida es un asunto de decisión. Nos preguntamos: ¿Qué carrera voy a estudiar? ¿Con quién me casaré? ¿Me conviene esta persona? ¿Cuántos hijos tendré? ¿Dónde viviré? ¿Cómo viviré? ¿Cómo pagaré esta deuda? Entre todas las preguntas que nos hacemos, es un hecho que siempre tenemos que tomar decisiones, pero no nos gusta tomarlas y esperamos que alguien decida por nosotros. Es tiempo de tomar decisiones, no temas.
La Biblia enseña en el Salmo 32:8: “Tú me dijiste: “Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte. Voy a darte buenos consejos y a cuidar siempre de ti.”
Las decisiones que tomamos hoy afectarán a nuestro rumbo mañana; lo que decidamos hoy no solo impactará nuestro futuro, sino también el de otras personas y todo lo que nos rodea. Tomar buenas decisiones dependerá de los valores que hayamos incorporado en nuestra vida. Una carrera, un matrimonio, el estilo de vida que deseo o cosas sencillas como qué comeré o cómo me vestiré, serán decisiones que tomaré por los valores que poseo. La mayoría de las decisiones no son hechas completamente, de una sola vez. Las decisiones toman tiempo para ser completadas, por ello es importante que aprendas a escuchar a Dios.
Sófocles decía: Las decisiones rápidas son decisiones inseguras. Deje ya de decidir a la ligera y aprenda a tomar buenas decisiones. No siga el camino que lo lleva atrás, marche hacia adelante sabiendo y tomando decisiones personales. Algunas ideas te ayudarán a tomar buenas decisiones:
1.      Sé lo más PRECISO posible. ¿Qué es lo quieres lograr? Examina y determina cuáles son las cuestiones importantes y cuáles no. ¿Qué dice la Biblia respecto a ese asunto?
2.    Busca soluciones. Ve todas las POSIBILIDADES existentes en relación con la cuestión que has de resolver. ¿Qué es sabio hacer? ¿Qué haría JESUS?
3.    ELIGE la solución más conveniente para lograr el resultado que buscas. Nunca tomes una decisión basada en una emoción o en un sentimiento. ¿Lo qué decido agrada a Dios?
4.    PON EN MARCHA la decisión. No temas al fracaso, estate dispuesto a aprender de tus errores, pero decide.
5.   EVALÚA cómo te está yendo, para rectificar en caso de que los resultados no sean los esperados.
¿Tienes dificultades para decidirte? Dios te ayudará, confía en Él. La Biblia enseña en Santiago 1:5, “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”.
Recuerda que antes de decidir debes tener presente que es tu decisión, que nadie debe decidir por ti. Que puedes hacer lo que quieras, pero lo tienes que hacer tú, y hoy porque el mañana aún no llega; no postergues o no esperes a decidir después. La mejor decisión que puedes hacer hoy es adquirir sabiduría. Hoy tú puedes elegir la persona que te gustaría ser, la vida que quieres vivir. La decisión es tuya.
“La mejor decisión que podemos tomar es la correcta, la segunda mejor es la incorrecta, y la peor de todas es ninguna.” Theodore Roosevelt

No hay comentarios:

Publicar un comentario