Una relación personal con Jesucristo es la piedra principal del matrimonio.
El matrimonio es una mezcla de vidas, no una simple unión. Muchos matrimonios fallan debido a que sus integrantes siguen mirando a las libertades y relaciones del pasado.
Cuando una pareja invita al Señor Jesucristo a que sea la piedra angular de su matrimonio, y se convierta en el verdadero punto fuerte sobre el que construyen su relación, lo invitan a que marche al frente de ellos. Entonces Él es libre para guiarlos hacia el único propósito que les tiene como matrimonio.
Somos únicos como individuos. Sin embargo, cada matrimonio es único también. Es algo tan individual y único en su especie como sus integrantes. Del mismo modo que Dios nos creó como individuos originales, también necesitamos invitarlo a que cree nuestro matrimonio como una relación original por completo. Esto solo es posible cuando cada persona en la relación somete su individualidad al propósito supremo de Dios.
Como dijo C.S. Lewis: El yo solo existe para ser abdicado. En la entrega personal vamos al ritmo que no solo es de toda la creación, sino de todo ser, pues el Verbo eterno también se dio a sí mismo en sacrificio.
Miren que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado. 1 Pedro 2:6
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