jueves, 1 de octubre de 2015

Actitud Que Sabe Esperar

 ACTITUD EXPECTANTE
La actitud es uno de los ingredientes más importantes al determinar el éxito o la falta de éste para toda la gente. La gente exitosa tiene una cosa en común: una actitud expectante de cara al éxito.
La mayoría de la gente comienza cada mañana totalmente estable y va reaccionando a los eventos del día. Podemos ser uno de los exitosos de la vida comenzando cada día con una actitud positiva, dando gratitud por las oportunidades que tenemos y esperando expectantes, lo mejor para nosotros.
Porque la gente tiende a vivir de acuerdo a sus expectativas. Es decir, obtendremos de la vida según lo que invirtamos en ella. El ambiente en que nos desarrollamos es un espejo de nuestro espíritu, de nuestra actitud y expectativas. Si mantenemos una gran actitud, obtendremos grandes resultados. Caso de tener una actitud mediocre, alcanzaremos resultados mediocres y de tener una pobre actitud, lograremos pobres resultados.
El mundo nos devolverá según lo que invirtamos, así que, invirtamos lo mejor. No estemos a la defensiva ni dudemos, ya que nada cambia a menos que nosotros lo hagamos. Antes de que podamos hacer algo, tenemos que ser algo. Y sepamos que somos valiosos; mostrémoselo al mundo.
Tratemos a todos, con quienes entremos en contacto, como si fuesen la persona más importante del momento. Edificará su autoestima…; sonriámosles, y seremos recompensados con una sonrisa de vuelta. No reaccionemos a la descortesía ni actuemos con ella. Perdonemos a todos los que nos lastimen y, perdonémonos a nosotros mismos.
Mantengámonos saludables; ejercitémonos. Mantengamos una forma de actuar apropiada. Irradiemos una actitud de confianza.
Desarrollemos estos buenos hábitos y nuestra expectativa será recompensada con éxitos. Esta actitud nos colocará en el grupo de personas genuinamente exitosas, porque sabremos y comprenderemos cómo una actitud expectante mejora cada aspecto de nuestra vida.
Que Dios nos bendiga con una actitud expectante cada día de nuestra vida.
No cabe duda que mucho de lo que vivimos es producto de nuestras propias elecciones, aunque siempre habrá quien le eche la culpa a las circunstancias o a los demás. Y nuestras elecciones siempre estarán basadas en nuestras actitudes ante la vida.
Cuando nuestra actitud ante la vida es pobre y derrotista, nos daremos cuenta de que el futuro que nos aguarda no es nada halagüeño. Pero esa actitud negativa es en realidad, producto del rechazo a Dios y a Su palabra que nos promete cosas a los que nos acercamos a Él y ponemos en Él nuestra esperanza. Nos promete que Sus misericordias son nuevas cada mañana, que Él siempre estará con nosotros hasta el fin, y que a los que le aman, todas las cosas habrán de resultar para bien.
Aunque ninguna de estas promesas implica la ausencia de crisis y dificultades, sí afirman que Dios ha preparado cosas maravillosas para cada día de nuestra vida… y que lo mejor de nuestras vidas siempre está por venir.
Aprovechemos para adorar al Salvador, y permitirle que afirme Su palabra en nosotros.

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