domingo, 5 de julio de 2015

Así Es La Vida

En la vida es relativamente frecuente que pensemos y hasta digamos que nos queremos morir; pero la vida es muy valiosa para desperdiciarla. Todos somos muy importantes; aunque para el mundo no seas nadie, para alguien eres el mundo.
Solemos pensar que otros son perfectos, pero no hay nadie perfecto, todos somos iguales; solo que hay gente que tiene cosas que tú no tienes, como también tú tienes cosas que ellos no tienen.
Muchas veces te sientes mal por la forma en que actúas y reaccionas, pero lo que ocurre es que algunos lastimamos con más asiduidad que otros; las virtudes de los demás siempre son más visibles para ti que las tuyas propias.
Nos solemos aferrar a algo o a alguien; no está mal, pero tratemos de no hacerlo indispensable para nuestra vida. Si te acostumbras a usar siempre muletas nunca andarás bien.
Muchas veces te desprecias, te miras al espejo y te insultas; no lo hagas, acepta tu realidad como el hecho de que solo Dios puede transformar tu vida.
Nos desesperamos y desilusionamos, pero si todo lo que esperamos o deseamos se cumpliera, ¿qué sería de las sorpresas?
Muchas veces nos traicionan los que creíamos amigos; y ahí aparecen los amigos verdaderos que nos consuelan.
Por todo ello nunca bajes los brazos. Por todo ello vive la vida al máximo, sonríe, sé feliz, disfruta de la vida y confía en el Señor. Por todo eso ama la vida, quizás no sea muy larga, pero puede ser intensa y con sentido.
Te pueden sobrevenir cosas difíciles, pero con el Señor lo mejor está por venir. No hagas que tu vida sea un infierno, trata de vivir cada momento como si fuese el último. Toma con cuidado las decisiones que sean importantes y si te equivocas, puedes deshacer lo que hiciste a lo largo de toda tu vida.
Nunca cambies, siempre sé tú mismo; siempre hay gente que te va a recibir con los brazos abiertos. Nunca creas que es tarde para volver a empezar, y nunca es tarde para realizar un sueño; no hay nada imposible para Dios.
Acuérdate siempre que existe una palabra clave para volver a empezar: perdón.
La vida es gratis, es un regalo y los regalos no hay que rechazarlos. Pero para que ese regalo tenga algún sentido tienes que preguntarle a quien te la regaló, de otra manera te estarás perdiendo el verdadero significado de tu existencia.
El texto nos anima a aceptarnos tal y como somos, lo cual no significa que rehusemos cambiar sino solo saber cuál es nuestro punto de partida para todo cambio, y luego saber disfrutar la vida al máximo. Y ese disfrute no será posible a menos que nos aunemos a los planes de Dios para nuestras vidas. ¿Porqué no consultar con el Diseñador Supremo antes de embarcarnos en iniciativas que pudiesen dar al traste con todo lo que Él ha preparado para nosotros? Es probable que nos equivoquemos al tomar decisiones, pero debemos saber que el Señor jamás rechaza a una persona arrepentida que necesita una nueva oportunidad.

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