jueves, 23 de abril de 2015

Creo en mis Sueños

Creo en mis sueños, hablo sobre mis sueños, pienso en mis sueños, hago planes para mis sueños, creo oportunidades para mis sueños y me veo ya en mis sueños.
La única manera de lograr que un sueño se haga realidad es hablar acerca de él, creer en él, verse a uno mismo en él y crear oportunidades para él.
El poder de voluntad sigue a lo que imaginamos. Este poder nos permite seguir adelante a pesar de todos los obstáculos, y los sueños que deberían llevarnos de diez a veinte años cumplirlos, se logran en menos tiempo.
¡Los planes diseñados en papel no son suficientes para ver cumplidos los sueños! ¡Actuemos! Veámonos actuando en lo que nos hemos imaginado, y cuando ya estemos involucrados pensaremos que aún estamos en el proceso de imaginárnoslo.
En lo que de verdad creemos es lo que lograremos. Lo que imaginamos es lo que llegaremos a ser. Lo que pensamos es lo que experimentaremos.
Sin embargo, pensemos que los verdaderos sueños no son los que nacen en la mente de un ser humano, sino los que vienen de Dios. Dios es el dador de los sueños productivos. ¡Involucrémosle! De nada sirve tener sueños si Dios no está en el asunto. Cuando Dios da el sueño, dará también los recursos para que lo llevemos a cabo, y el final siempre será que Dios será glorificado. Deja que Dios te siembre el sueño en tu vida y podrás correr hacía el mismo.
Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos. Génesis 41:15
Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Dios, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. Números 12:6
Y se le apareció Dios a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo: Pide lo que quieras que yo te dé. I Reyes 3:5

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