El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Marcos 13:31
¿Y qué sucede respecto a las bases morales de nuestra sociedad? ¿Podemos apoyarnos siempre sobre lo que hoy se nos propone como verdadero? Todas las verdades que los hombres reconocen como tales no dejan de ser verdades relativas: están ligadas a una época o a una civilización determinada. Pueden ser verdaderas aquí y falsas en otro lado; ser verificadas hoy y contradichas mañana.
Por el contrario, cuando Jesús dice: “Yo soy… la verdad” (Juan 14:6), es la verdad absoluta. Es la verdad en todos los lugares y en todas las épocas. Por ello podemos confiar totalmente en lo que dice, pues sabemos que nunca habrá un error en sus palabras. ¡Esta es la única base sólida!
El juicio divino va a caer sobre todos los que no aceptan la verdad, sobre los que rechazan a Jesús, lo que Él es y lo que dijo de parte de Dios. Pero, ¡tranquilos!, Jesús es el Salvador de los que creen en Él. Éstos pueden tener la seguridad de la vida eterna y saben que sus palabras nunca pasarán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario