jueves, 24 de diciembre de 2015

¿Qué me pasó?

“Usted acaba de recibir su salvación”. “Usted ha nacido de nuevo”

Estos comentarios son muy usados en la iglesia, pero ¿qué significan?
Pues sencillamente, que debido a que el hombre cayó en pecado necesita un salvador. Ninguno de nosotros ha vivido una vida lo suficientemente buena para merecer un lugar en el cielo. Pero porque Dios nos amó, envió a Jesús, su único hijo, como ofrenda de sacrificio para poder perdonar nuestros pecados. Cuando aceptamos la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo como una verdad y la confesamos con nuestra boca, Dios perdona nuestros pecados y nos convertimos en hijos de Dios. Somos cambiados instantáneamente y nuestro pasado de pecado es completamente borrado.
Así que, si usted muriera ahora usted iría al cielo; pero si no muere ahora, y seguro que no va a morir, ¿le gustaría vivir una vida exitosa? Alguien dijo una vez: “Ser salvo es muy fácil, pero mantenerse salvo es un verdadero reto.” Puede que haya algo de verdad en esta declaración. Es muy cierto que algunas personas comienzan a servir al Señor pero no continúan. ¿Por qué no? Generalmente, porque piensan que ser salvo es un triunfo logrado por ellos mismos, en vez de aceptar que es un nuevo estilo de vivir. Es como pensar que cuando uno se casa tiene la seguridad de que va a tener una larga y feliz vida matrimonial, pero sencillamente, esto no es así. El secreto está en saber cómo continuar así. Recordemos, primero, que Dios siempre va a hacer su parte, Él nunca va a arrebatarle su salvación. Usted es su hijo.
Hay muchas cosas buenas que usted debe esperar en su caminar con el Señor. Usted va a aprender del levantamiento a través del Bautizo en agua, y del poder de la presencia del Espíritu Santo morando en su vida. Una de las preocupaciones más grandes que los nuevos cristianos experimentan, es no creer que son lo suficientemente buenos como para merecer estos maravillosos regalos. De acuerdo, piense en ello. ¡Además es cierto! Ninguno de nosotros es lo suficientemente bueno para merecer esto, pero Dios nos ama tanto que nos colma de su amor, para hacer de nosotros las personas de éxito para lo que hemos sido diseñados.

 ¡Ser Hijo de Dios no es algo mágico!

Una de las mayores confusiones que las personas tienen cuando reciben la salvación es creer que ahora sí, que ya van a ser perfectos, ¡como si fuera algo mágico! Pero usted no se va a convertir en un ser perfecto instantáneamente, como tampoco va a perder la salvación si comete un pecado. La biblia nos enseña que somos hechos nuevos, no instantáneamente, aunque sí gradualmente.
Al recibir la salvación, algunas personas experimentan una liberación inmediata de sus malos hábitos, pero para otras parece que se requiere un buen tiempo. Lo más importante es mantener una actitud positiva sobre qué es lo que le ha sucedido a usted. Usted no es salvo por cortar con todas las cosas malas que antes hacía. Usted ha sido salvo porque aceptó por fe aquello por lo que Jesús murió en la cruz, su perdón. Nunca piense que sus buenas obras son la razón por la cual usted ha sido salvo. La victoria total sobre todos sus malos hábitos va a suceder, cuando usted entienda que Jesús es su socio y que Él estará con usted para ayudarle a vencer los obstáculos que le impidan caminar en una vida victoriosa.
Los sentimientos de culpa y condenación nunca han venido de Dios, porque Él le ama y está comprometido en ayudarle a conseguir el éxito. Solo recuerde que lleva algún tiempo creer en lo que la biblia llama “el fruto del espíritu”; el Fruto (o el resultado) del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Gálatas 5, versos 22 y 23.) Todos estos maravillosos atributos van a convertirse en parte de su vida según la viva para el Señor.
¡Bendiciones!

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