Seguramente, la historia que les contaré les resultará interesante.
Un varón, residente en Long Island, Nueva York, adquirió un barómetro de alta calidad, instrumento que se usa para medir la presión atmosférica. Tiempo después, se dio cuenta que la aguja marcaba “huracán”, y consideró que el equipo estaba fallando. Agitó el barómetro, y seguía marcando igual. Enojado, redactó una enérgica carta dirigida a la empresa que se lo había vendido, protestando por la mala calidad del barómetro.
Al día siguiente, se dirigió a Nueva York para trabajar en su oficina, ocasión que aprovechó para depositar la carta en la Oficina de Correos; durante el día, un fuerte huracán azotó toda la costa este de los Estados Unidos. El hombre, al llegar a Long Island, lamentablemente comprobó que se había quedado sin barómetro y sin casa.
Al día siguiente, se dirigió a Nueva York para trabajar en su oficina, ocasión que aprovechó para depositar la carta en la Oficina de Correos; durante el día, un fuerte huracán azotó toda la costa este de los Estados Unidos. El hombre, al llegar a Long Island, lamentablemente comprobó que se había quedado sin barómetro y sin casa.
Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre,
¿hallará fe en la tierra? Lucas 18: 8.
La persona en cuestión no creyó a la indicación del barómetro.
Había pagado un elevado precio por el instrumento de precisión atmosférica, y cuando le vio el resultado de la medición el hombre no lo creyó, iniciando una serie de acciones en contra de la empresa que se lo había vendido. Las consecuencias fueron desastrosas.
Había pagado un elevado precio por el instrumento de precisión atmosférica, y cuando le vio el resultado de la medición el hombre no lo creyó, iniciando una serie de acciones en contra de la empresa que se lo había vendido. Las consecuencias fueron desastrosas.
El instrumento de precisión que indicará si eres salvo o no, es la fe, “pero sin fe es imposible agradar a Dios”, Hebreos 11:6, señala la sagrada Escritura, y además, expresa que es imprescindible que la persona que se acerca a Él, crea que existe, que es real. También la Palabra de Dios expresa que “el que no creyere será condenado”. Los tiempos actuales tienden aceleradamente, hacia el materialismo y al consumismo, elevando a un nivel superior la capacidad humana de superar todo prescindiendo de la fe. Pero la fe es superior a todas las cosas. No creer en Jesús como Salvador trae consecuencias eternas negativas, y el incrédulo terminará siendo atrapado por el “huracán” de la condenación; menos mal que percatarse de lo que dicen las señales de los últimos tiempos es de personas sabias.
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