“Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.” Mateo 7:14 (Nueva Versión Internacional).
Jesús entregó su vida por la humanidad, para que ésta recibiera la vida verdadera. Esta vida solamente se puede recibir mediante el Espíritu de DIOS. Es la vida que sacia el alma y da plenitud, desborda gozo y permite discernir claramente a DIOS detrás de Su creación. Esta vida mantiene al creyente conectado con el Señor. Se vive y se tiene la certeza de que todo está bien. Al estar lleno de esta verdadera vida los ataques del enemigo son insignificantes, la muerte y el pecado se desvanecen; no existen los aguijones de la carne. Pero para recibir esta vida verdadera hay que avanzar por un camino angosto para desprenderse de la carne.
Para recibir la verdadera vida se tiene que avanzar en el desprendimiento del pecado, de quien se fue esclavo en el pasado, y de cualquier concupiscencia. Al andar por este camino, el enemigo tratará de usar la culpa y toda suerte de mentiras para impedir el avance del creyente, pero cuando se cree de todo corazón que Jesús enterró aquella en la Cruz del calvario su influencia desaparece. (Hebreos 10:22).
El camino para recibir la verdadera vida no es fácil, no obstante, con Jesús de nuestro lado se asegura la victoria. Muchos creyentes no intentan obtener la vida verdadera porque en sus corazones persisten sentimientos negativos del pasado o la carne dentro de sí, pero cuando creen de todo corazón que Cristo ya les ha liberado de todo esto, un gran peso es quitado de ellos y pueden avanzar para recibir lo que les pertenece.
Si tú aún te encuentras batallando con aspectos de tu vida pasada, si el enemigo y sus tentaciones aún tienen influencia sobre ti, si tu corazón no vuela libremente, es tiempo de creer de todo corazón lo que Jesús hizo por ti. Si tú has aceptado a Jesús en tu corazón, eres verdaderamente libre (Juan 8:36) y nada ni nadie tiene derecho de aprisionarte, nada más que tú mismo por tu falta de creer.
Si estás decidido a desprenderte de lo que te ha atado y avanzar en tu camino de santificación para obtener la verdadera vida, haz esta oración:
“DIOS, creo de todo corazón que la vida que me ofreces es real. Lléname de tu poder para avanzar por ese camino angosto. Fortalece mi armadura y desvía todo dardo del enemigo, permíteme ver su pequeñez comparado con tu Santidad. Hoy renuncio totalmente a mis pecados, a mi culpa y a cualquier parte vergonzosa de mi pasado. Guárdame de todo mal y ataque mientras avanzo a recibir lo que me pertenece. Envíame destellos de esa vida al avanzar. Oro esto en el nombre de Jesús, amén.”
“DIOS, creo de todo corazón que la vida que me ofreces es real. Lléname de tu poder para avanzar por ese camino angosto. Fortalece mi armadura y desvía todo dardo del enemigo, permíteme ver su pequeñez comparado con tu Santidad. Hoy renuncio totalmente a mis pecados, a mi culpa y a cualquier parte vergonzosa de mi pasado. Guárdame de todo mal y ataque mientras avanzo a recibir lo que me pertenece. Envíame destellos de esa vida al avanzar. Oro esto en el nombre de Jesús, amén.”
Si DIOS te ha llamado a andar en justicia, Él te guardará de cualquier ataque de las tinieblas y del enemigo, además de que te sostendrá con poder (Isaías 42:6). Mientras avances por el camino que lleva a la verdadera vida, haz tuyos los siguientes versículos. Léelos diariamente y sé fortalecido.
“Olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante” Filipenses 3:13 Nueva Traducción Viviente (NTV)
“Entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura. Hebreos 10:22 Nueva Traducción Viviente (NTV)
“Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo.” Romanos 5:17 Nueva Traducción Viviente (NTV)
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