sábado, 3 de octubre de 2015

El Secreto es que No Hay Secreto

Muchas personas creen que para tener éxito y triunfar en la vida hay un secreto, pero el secreto es que no hay secreto. Todo ha sido revelado y mostrado a través de la Biblia, y el secreto es obedecer. Tan sencillo como leerlo y tan difícil de creerlo e incorporarlo en la vida. No existe una fórmula, es la verdadera Ley de la Atracción:
“Si prestas atención a estas normas, y las cumples y las obedeces, entonces el Señor tu Dios cumplirá el pacto…Te amará, te multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre, y también el fruto de la tierra…” Deuteronomio 7:12-13 (NVI)
Los principios y fundamentos para el éxito en su vida, en su matrimonio, en sus negocios o en su ministerio, los vas a encontrar en este gran libro que aporta una gran sabiduría para vivir bien. Cuando nos alejamos de estos principios, seguro que vamos a encontrar un gran desequilibrio en nuestra vida. Quizá los sepamos, o quizás no y podemos necesitar ayuda; tenemos, pues, como test, la rueda de la vida que nos muestra cómo estamos y qué nos falta para alcanzar el equilibrio. Sin embargo, hay algunas claves que serán de bendición a tu vida.
Reconoce a Dios en todos tus caminos (Proverbios 3:6)
Esto significa ser consciente de la presencia de Dios y de su compañía. Cada día es una oportunidad para experimentar bendiciones y victorias. Si nosotros le reconocemos, Dios nos promete realizaciones vivificantes y fructíferas bendiciones
Cree que has sido creado para grandes cosas (Efesios 2.10) 
Cuando no se cree en lo que uno es y en lo que ha sido llamado a hacer, no tomará las medidas necesarias para el éxito. Tus acciones siempre seguirán a tus creencias. Si interiormente crees que el fracaso es inevitable, crearás el fracaso porque te preparaste para ello. Lo contrario de esto también es cierto, si crees que tendrás éxito, tomarás las medidas que garanticen tu éxito. ¿Cuáles son las cosas importantes? Ser un gran esposo, un gran padre, un gran líder...
Asume responsabilidad ante la vida (Josué 1:6-8)
Dios nos ha dado todo lo que somos, y es nuestra responsabilidad esforzarnos por hacer nuestra parte. La vida no espera por nadie, y tenemos que ser responsables. Asumir responsabilidad es ser conscientes de a dónde podemos llegar si nos esforzamos, pero al asegurar que alguien o algo fuera de nosotros nos previene del riesgo de alcanzar el éxito, estamos entregando nuestro poder personal a ese ente externo. Esto equivale a asumir que algo externo tiene más control sobre nuestras vidas que nosotros mismos. No dejes que las circunstancias te limiten a la hora de alcanzar el éxito.
Ten sueños grandes para Dios (1 Corintios 13:13)
Todos tenemos algún sueño; sea grande o pequeño no deja de ser un sueño.
Un problema grande de nuestra sociedad actual es que son muchas las personas que han perdido la esperanza y han caído en un conformismo extremo. Dejan pasar el tiempo y no proyectan su futuro, sino que dejan que las cosas sucedan por inercia. Pero el apóstol Pablo dijo que una de las tres cosas que permanecen para siempre es la esperanza, y ésta va ligada a lo que es proyectar nuestro futuro con sueños bien definidos. Quien no tiene un sueño, no tiene una esperanza y no puede proyectar su vida. ¡Sueña!
Ten un plan, Dios planifica y ahora te toca a ti (Jeremías 29:11)
Un plan elaborado es como un mapa para llegar a un destino. Tú debes tener un plan de acciones concretas a corto, medio y largo plazo, aunque debes concentrarte en las cortas, y ellas te llevaran a las de largo plazo. Tus sueños tienen que tener un plan, y el plan tiene que ser “trabajado” todos los días. La única manera de llegar a la meta es trabajarlo diariamente. Tener un plan te permitirá seleccionar bien las tareas y enfocarte en lo que tienes que hacer.
Pero los planes no sirven si no estás preparado para dar el primer paso.

 
Quizás has leído o escuchado que hay que pensar fuera de lo establecido, o sea,
 pensar en posibilidades. Jesús vivía actuando fuera de lo establecido. No se quedó en el pensamiento, Él hizo lo no convencional, Él hacía que lo imposible fuera posible. Es tiempo de actuar.
Haz que suceda. (Hebreos 11:33,34)
Hay cosas que no han ocurrido en tu vida, y no es por falta de oración ni por falta de fe, es por falta de acción. La fe sin acción es muerta. A veces se espera que otro lo haga, que otro dé el primer paso, y dependiendo de lo que suceda, te atreverás a darlo. Pero piensa que si tú eres inseguro, el resto del mundo te parecerá inseguro y no avanzarás. Tú eres más grande de lo que crees que eres, y eres capaz de lograr muchas cosas porque quien te diseñó lo hizo para que ganaras. Tú puedes, con la ayuda divina, desbaratar ejércitos, derribar gigantes y fortalezas.

Lo mejor está por venir a tu vida, si eres obediente a los principios establecidos. El secreto ya está revelado, y tú debes abrir tu mente a nuevas posibilidades. Aumenta tu fe y, con ella, produce cambios en tu vida para hacer este mundo mejor de lo que lo encontraste.

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