domingo, 25 de octubre de 2015

El quebrantamiento

Cuando pensamos en quebrantamiento, de inmediato llegan a nuestra mente imágenes negativas de pruebas y dificultades. Quiero transmitirle un conocimiento maravilloso que he aprendido de parte de Dios, y que también he podido comprender gracias a algunos hombres y mujeres de Dios.
El quebrantamiento es un proceso necesario que debe acontecer en la vida de todo cristiano para que pueda dar fruto. Para entenderlo bien, Jesús lo relacionó con lo que pasa con la semilla:
quebrantamientoSi una semilla cae en tierra y no se rompe el cascarón queda sola, pero si se rompe, se convierte en un árbol grande lleno de fruto.
Lo mismo sucede con nosotros: podemos llevar mucho tiempo siendo cristianos, pero si no nos negamos a nosotros mismos, no vamos a poder dar fruto y vamos a vivir en una vida de idas y vueltas como las olas del mar.
En el versículo 25 de Juan 12 el mismo Jesús nos explica esta pequeña ilustración:
Él dice que todo aquél que ame su vida la perderá, pero que el que aborrezca su vida en este mundo la guardará para vida eterna. Jesús no quiere decir que vivamos una vida miserable, que tengamos una baja autoestima o que odiemos nuestra existencia. Lo que Jesús quiere decir es que si alguno quiere seguirlo debe morir a sí mismo, es decir, debe dejar de lado todas las actitudes y cosas que lo separan de Dios.
Es probable que estas cosas que nos separan de Dios estén tan profundamente arraigadas en nuestro ser, que es imposible para nosotros mismos quitarlas. Es allí donde el Espíritu Santo nos debe quebrantar para quitar de nosotros todo aquello que no le agrada y que no le permite fluir.
A nosotros solo nos queda tomar una decisión, o sea, decirle a Dios: “Señor, haz lo que quieras en mi vida, me postro ante ti; haz conmigo lo que Tú quieras. Conviérteme en la persona que quieres que sea, me rindo a ti y me entrego por completo.”
Debes renunciar a muchas cosas para que tu cascarón sea quebrado: tu lógica, tu propia forma de ver y juzgar las cosas, tu orgullo, tu ego, las relaciones con personas que no le agradan a Dios, tu temperamento, tus miedos, tus dudas, los rencores del pasado, etc.
Es probable que sea difícil para ti renunciar a muchas de esas cosas, porque estás tan acostumbrado a vivir con ellas que es difícil dejarlas. No importa, toma la decisión de dejarlas y pídele a Dios que te ayude a cambiar definitivamente. Aunque no lo sientas hacer, tú haz tu parte que es decidir confiar en Dios, y deja que Dios te ayude cuando pongas en sus manos tus dificultades.
Cuando un cristiano es quebrantado, su oración cobra un significado más especial. Ya no está dudando todo el tiempo ni tiene pensamientos que lo atormentan. Su vida de oración cobra un significado especial y puede servir a Dios sin ningún problema. UN CRISTIANO QUE ES QUEBRANTADO POR EL ESPÍRITU SANTO, ES UN ÁRBOL DE VIDA PARA LOS QUE A ÉL SE ACERQUEN.
Por último, en el versículo 26 Jesús promete algo maravilloso:
Antes que nada, Jesús llama a los que lo sirven para que lo sigan. Esto da a entender que no todos los que sirven a Jesús lo están siguiendo. Puede que estés sirviendo en la obra de Dios, que prediques, que seas maestro de escuela dominical, que seas pastor o que sirvas en cualquier otra labor y que aún no estés siguiendo a Jesús de verdad, porque tu corazón aún está atado a algo de lo que no has sido quebrantado.
La decisión que debemos tomar es SEGUIR A JESÚS. Seguirlo es cerrar los ojos (nuestra mente) y hacer lo que Él nos diga y creer lo que nos enseñe. Es obedecer sin importar cuál sea la orden y confiar plenamente como un niño.
Si decides seguir a Jesús (que es el mismo quebrantamiento), Él te promete que donde Él está tú estarás (Amén). No debes preocuparte por tu futuro o por tu eternidad: SI SIGUES A JESÚS VIVIRÁS PARA SIEMPRE CON ÉL.
Y no solo eso, sino que Dios Padre te honrará por seguir a su Hijo. No seas solo un servidor, sé un seguidor y recibirás grandes recompensas de Dios.
DECÍDETE A CONFIAR EN DIOS CON TODO TU CORAZÓN, SIGUIENDO LOS PASOS DE JESÚS, Y TE CONVERTIRÁS EN UN ÁRBOL DE ESPERANZA, DE VIDA Y DE SALVACIÓN.
QUE DIOS TE BENDIGA
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace prosperará”
Salmo 1:1-3

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