Uno de los momentos más memorables de los servicios de la Iglesia es la celebración de la Santa Cena, donde los creyentes se reconcilian con Dios y reciben su perdón. Sin embargo, hay unas palabras que a menudo olvidamos en estos instantes tan solemnes: “Así pues, todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga” (1 Corintios. 11:26).
Lo cual significa que, si la Santa Cena es un rito celebrado para proclamar el regreso de Jesús a este mundo, no debiéramos dejar de participar de este evento. Además, nos recuerda que no estamos solos en este mundo de pecado, porque Él viene pronto y su amor nos ayuda a mantenernos unidos para vencer cualquier obstáculo. “El amor de Jesús, con su poder constrictivo, ha de mantenerse fresco en nuestra memoria. Cristo instituyó este rito para que hablase a nuestros sentidos del amor de Dios, expresado a nuestro favor. No puede haber unión entre nuestras almas y Dios excepto por Cristo. Además, la unión y el amor entre hermanos deben ser cimentados y hechos eternos por el amor de Jesús. Y nada menos que la muerte de Cristo podía hacer eficaz este amor para nosotros. Es únicamente a causa de su muerte, por lo que nosotros podemos considerar con gozo su segunda venida. Su sacrificio es el centro de nuestra esperanza. En Él debemos fijar nuestra fe”.
Agradece a Dios la Santa Cena y no dejes de participar en ella la próxima vez.
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