Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado, un posible pasajero del tren que estaba esperando, y comenzó a leer el diario de la ciudad. Improvisamente, la dama observó que el joven, sin decir ni una palabra, agarró el paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer una a una. Contrariada, tomó el paquete, sacó una galleta, y haciendo unos gestos para que el joven se diera cuenta, se la comió. No estaba dispuesta a dejar pasar la actitud tan grosera del muchacho, la de tomar algo que no era suyo. Como respuesta, el joven tomó otra galleta, y sonriendo, la llevó a la boca. Molesta, la mujer volvió a tomar otra galleta y sin dejar de mirarlo a los ojos, la comió. El joven, sin dejar de sonreír hizo lo mismo, y así, el diálogo entre galleta y sonrisa continuó hasta que llegaron a la última galleta, que fue tomada por el joven, y partiéndola exactamente por la mitad, y con una agradable sonrisa, ofreció una parte a la pasajera, y él comió la otra mitad.
Llegó el tren, y en el momento de abordarlo, el muchacho le dijo: -Que tenga un buen viaje. Ella, sin contestar por la rabia que tenía, abordó el tren dejando al joven en el andén. “Qué chico tan mal educado, no logro entender tanta desfachatez, tomar lo ajeno lo convierte en un ladrón, y seguramente lo es”, pensaba. Pasado un poco de tiempo del viaje, sintió la necesidad de beber agua, y al abrir su cartera, lo primero que vieron sus ojos fue el paquete de galletas que había comprado en el andén del ferrocarril.No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio. Juan 7:24.
No hubo nada grato en el encuentro entre la dama y el joven, pero la enseñanza que deja la historia es para tomarla en cuenta, y seguramente el lector ya habrá sacado sus propias conclusiones. Juzgar con justo juicio quiere decir que antes de tener una opinión desfavorable contra otra persona, hay que verificar si hay falta, o si las cosas son realmente verdad, porque si no se tiene claridad en el asunto es mejor quedarse callado. Las expresiones, “me dijo” o el “yo supe”, son para desconfiar siempre, y el hijo o la hija de Dios Creador debe evitar dejarse llevar por ellas, porque puede estar metiéndose en un conflicto serio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario