HEBREOS 11:6 “Sin fe es imposible agradar a DIOS; porque es necesario que el que se acerca a DIOS, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.
Lo creeré cuando lo vea. Esa fue la respuesta de una mujer a quien le dijeron que había recibido un premio en efectivo, sin que tuviera que hacer nada a cambio. La respuesta de esta mujer demostró claramente, que ella no depositaba su fe en las vacías promesas de alguien que vende por teléfono.
Hay muchas cosas en las que no deberíamos poner nuestra fe: promesas de dinero fácil, sin esfuerzo; vacaciones tropicales sin pago inicial y en lugares que no hemos visto, y ardides de mercadeo que te dicen "compre ahora y pague después". Si alguien te hace alguna de esas promesas, ¡sal corriendo!
Sin embargo, existen algunas cosas en la vida con las que sí podemos contar. Por ejemplo, no cuestionamos si el sol va a salir y a ponerse todos los días; o cuando exhalamos, la mayoría de nosotros no se pregunta ansiosamente, si habrá suficiente oxígeno para la próxima vez que inhalemos. Hasta podemos confiar en el clima…. bueno, posiblemente, cuando se vive en algunos países donde las estaciones son muy marcadas y donde podemos esperar que va a refrescar, luego a hacer mucho frío, se calienta un poquito en la primavera y luego hace un calor tremendo en verano. Sabemos que este ciclo se repetirá una y otra vez mientras la Tierra rote.
Nuestra vida también cambia constantemente, pero la oración de fe puede darnos estabilidad. La paz interior viene de saber que sea lo que sea por lo que estemos orando, podemos dejarlo en las manos de DIOS, quien tiene el control de nuestras vidas.
La fe no exige que DIOS haga exactamente lo que quiero, ni que lo haga en el tiempo en que yo quiero. La fe no se retuerce las manos de preocupación preguntándose si pasará algo con mi petición. Es una profunda confianza en que DIOS cuida de mí y que está obrando para mi bien (Romanos 8:28). Puede ser que la duda nos asalte algunas veces, pero cuando las olas de la duda amenacen con voltear el barco de la fe, recuerda las palabras de Cristo de que hay que creer para luego recibir. No hay sustitutivo a creerle a DIOS y permanecer firmes en Sus promesas.
Debemos creer para recibir de ÉL. Por lo tanto, todo aquel que cree en DIOS recibirá el cumplimiento de las promesas que DIOS le ha dado. DIOS no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que Se arrepienta; todas Sus promesas son SÍ y AMÉN.
Y si DIOS es fiel para los que sin ser sus hijos se acercan a ÉL, ¿cuánto más será fiel para con sus hijos? Conforme a tu fe será hecho. Para el que le cree a DIOS, todo, todo le es posible. Escojamos creerle, recibamos y disfrutemos lo mejor de DIOS para nuestras vidas.
Gracias Señor, porque siempre me escuchas cuando clamo a ti. Te alabo porque haces mucho más que escucharme, me respondes con fidelidad de acuerdo con tu perfecta voluntad. Recuérdame siempre que me acerque a tu trono con confianza y coherencia, y continúa fortaleciéndome y ayudándome diariamente a fortalecer mi fe para confiar en que Tú eres fiel a tus promesas. En el nombre de Jesús, amén.
Lo creeré cuando lo vea. Esa fue la respuesta de una mujer a quien le dijeron que había recibido un premio en efectivo, sin que tuviera que hacer nada a cambio. La respuesta de esta mujer demostró claramente, que ella no depositaba su fe en las vacías promesas de alguien que vende por teléfono.
Hay muchas cosas en las que no deberíamos poner nuestra fe: promesas de dinero fácil, sin esfuerzo; vacaciones tropicales sin pago inicial y en lugares que no hemos visto, y ardides de mercadeo que te dicen "compre ahora y pague después". Si alguien te hace alguna de esas promesas, ¡sal corriendo!
Sin embargo, existen algunas cosas en la vida con las que sí podemos contar. Por ejemplo, no cuestionamos si el sol va a salir y a ponerse todos los días; o cuando exhalamos, la mayoría de nosotros no se pregunta ansiosamente, si habrá suficiente oxígeno para la próxima vez que inhalemos. Hasta podemos confiar en el clima…. bueno, posiblemente, cuando se vive en algunos países donde las estaciones son muy marcadas y donde podemos esperar que va a refrescar, luego a hacer mucho frío, se calienta un poquito en la primavera y luego hace un calor tremendo en verano. Sabemos que este ciclo se repetirá una y otra vez mientras la Tierra rote.
Nuestra vida también cambia constantemente, pero la oración de fe puede darnos estabilidad. La paz interior viene de saber que sea lo que sea por lo que estemos orando, podemos dejarlo en las manos de DIOS, quien tiene el control de nuestras vidas.
La fe no exige que DIOS haga exactamente lo que quiero, ni que lo haga en el tiempo en que yo quiero. La fe no se retuerce las manos de preocupación preguntándose si pasará algo con mi petición. Es una profunda confianza en que DIOS cuida de mí y que está obrando para mi bien (Romanos 8:28). Puede ser que la duda nos asalte algunas veces, pero cuando las olas de la duda amenacen con voltear el barco de la fe, recuerda las palabras de Cristo de que hay que creer para luego recibir. No hay sustitutivo a creerle a DIOS y permanecer firmes en Sus promesas.
Debemos creer para recibir de ÉL. Por lo tanto, todo aquel que cree en DIOS recibirá el cumplimiento de las promesas que DIOS le ha dado. DIOS no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que Se arrepienta; todas Sus promesas son SÍ y AMÉN.
Y si DIOS es fiel para los que sin ser sus hijos se acercan a ÉL, ¿cuánto más será fiel para con sus hijos? Conforme a tu fe será hecho. Para el que le cree a DIOS, todo, todo le es posible. Escojamos creerle, recibamos y disfrutemos lo mejor de DIOS para nuestras vidas.
Gracias Señor, porque siempre me escuchas cuando clamo a ti. Te alabo porque haces mucho más que escucharme, me respondes con fidelidad de acuerdo con tu perfecta voluntad. Recuérdame siempre que me acerque a tu trono con confianza y coherencia, y continúa fortaleciéndome y ayudándome diariamente a fortalecer mi fe para confiar en que Tú eres fiel a tus promesas. En el nombre de Jesús, amén.
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