Qué sería de nosotros sin ti Señor, estaríamos condenados a la destrucción eterna. No tendríamos la esperanza, que tenemos ahora, de ver la nueva tierra llena de la gloria de Dios, de la que nos permitirás disfrutar eternamente. Cuán privilegiados somos, cuánta gracia has derramado sobre nosotros, cuánto amor nos has manifestado Señor. Por eso hoy te queremos dar la gloria, la alabanza y la adoración; reconociendo Señor, nuestra necesidad de ti, nuestra total dependencia de ti; porque sin ti no somos nada, porque sin ti no somos nadie.
Gracias Rey de reyes y Señor de señores, gracias por lo que hiciste en la cruz; gracias por entregar tu vida en propiciación y expiación de nuestros pecados. Es incalculable el regalo inmerecido de nuestra salvación, es invaluable el don de la vida eterna que nos has concedido. ¡Te amamos Señor!
Hablaré de tu grandeza, mi Dios y Rey;
bendeciré tu nombre por siempre.
Diariamente te bendeciré;
alabaré tu nombre por siempre.
El Señor es grande y muy digno de alabanza;
su grandeza excede nuestro entendimiento.
bendeciré tu nombre por siempre.
Diariamente te bendeciré;
alabaré tu nombre por siempre.
El Señor es grande y muy digno de alabanza;
su grandeza excede nuestro entendimiento.
El Señor es tierno y compasivo,
es paciente y todo amor.
El Señor es bueno para con todos,
y con ternura cuida sus obras.
¡Que te alaben, Señor, todas tus obras!
¡Que te bendigan tus fieles!
¡Que hablen del esplendor de tu reino!
¡Que hablen de tus hechos poderosos!
¡Que se haga saber a los hombres tu poder
y el gran esplendor de tu reino!
Tu reino es un reino eterno,
tu dominio es por todos los siglos.
¡Que mis labios alaben al Señor!
¡Que todos bendigan su santo nombre,
ahora y siempre!
es paciente y todo amor.
El Señor es bueno para con todos,
y con ternura cuida sus obras.
¡Que te alaben, Señor, todas tus obras!
¡Que te bendigan tus fieles!
¡Que hablen del esplendor de tu reino!
¡Que hablen de tus hechos poderosos!
¡Que se haga saber a los hombres tu poder
y el gran esplendor de tu reino!
Tu reino es un reino eterno,
tu dominio es por todos los siglos.
¡Que mis labios alaben al Señor!
¡Que todos bendigan su santo nombre,
ahora y siempre!
Salmo 145:1-3, 8-13, 21 (Dios Habla Hoy).
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