Siempre me habían dicho que cada uno es responsable de lo que conoce, y hoy más que nunca creo que es así. Cuando sabemos, como cristianos, que algo le sucede a alguien que conocemos, o cuando alguien nos cuenta algo ya somos responsables de lo que nos cuenta, no en el sentido de resolverlo, pero sí de orar por ello.
Estoy segura que cerca de tu casa, en tu ciudad o en tu país hay determinadas problemáticas que se han convertido en flagelos de la sociedad, y que afectan a cientos, si no a miles de personas. Sobre esta realidad, ponte en acción, busca un lugar, un momento o una oportunidad de aportar en algo en lo que sientas que eres bueno o tienes facilidad. Tal vez no tengas la posibilidad directa de hacer algo, pero sí puedes orar por aquellos que están en el campo de batalla, o aportar con recursos a alguna institución que trabaje en pro de una causa que te afecte de verdad. No sé cómo ni dónde, y la idea tampoco es hacerlo por hacerlo, pero busca algo por lo cual responsabilizarte y hacerte cargo, ya sea “con las manos en la masa” o “con las manos en el bolsillo”, pero comienza a hacer algo.
Diariamente buscamos alimento para nuestro espíritu y mensajes de aliento que nos inspiren para continuar. Pero afuera, en el mundo real, hay gente sedienta en su espíritu, hay gente con necesidad de ser inspirada por alguien porque sus vidas han perdido sentido. Alimentémonos y nutrámonos con la Palabra de Dios, pero también seamos activos en compartirla con quien tiene necesidad. Impacta pensar que un tercio de la población mundial NUNCA ha oído hablar de Cristo, porque NUNCA han conocido a alguien que les hable de Él. Incomodémonos un poquito y movilicémonos hacia quienes tenemos alrededor, y hasta donde nuestro brazo alcance, para comenzar a anunciar aquello que portamos y que se hace cada día más grande en nuestro interior; solo así podremos ser parte de este tremendo “equipo” y movimiento que, por ahora, se lleva la parte más pesada del trabajo que nos compete a todos. Y mantén vivo siempre este pensamiento: “Dios vive en mí para que pueda vivir en ti”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario